Twitter cierra cuentas a menores de trece años por la nueva GDPR


La entrada en vigor del Reglamento General de Protección de Datos (General Data Protection Regulation) de aplicación europea ha revolucionado al mundo de la informática ya que otorga una serie de derechos a los ciudadanos y regula el uso de datos privados por parte de las empresas que los poseen.

El Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la Unión Europea ha entrado en vigor en mayo de este año. A partir de ahora, las entidades y empresas de cualquier lugar del mundo que posean información personal de ciudadanos de la Unión Europea deben aplicarla si no quieren verse sometidas a sanciones severas por su incumplimiento.

Se trata de un reglamento unificado en toda la Unión Europea que regula los derechos de los usuarios y las obligaciones de empresas o instituciones que manejan datos personales. Esta reglamentación es de obligado cumplimiento en países de la unión y estaba siendo demandada por numerosas empresas ya que antes debían adecuarse a diferentes leyes específicas por cada uno de los países para poder ofrecer los servicios en Europa.

Los derechos que tenemos, por ley, los ciudadanos europeos a partir de ahora son:

  1. Derecho de acceso a nuestros datos: En cualquier momento podemos conocer qué datos poseen de nosotros las empresas y qué usos (o servicios) están asociados a los mismos. Así, es lógico que si un software de cualquier tipo me ofrece información de mi entorno sepa cual es mi localización; pero a lo mejor no es necesario que sepa otra información sobre mi persona.
  2. Derecho de rectificación: Corregir datos erróneos o añadir más datos.
  3. Derecho a la supresión o eleminación parcial o total de nuestros datos.
  4. Derecho a la limitación del tratamiento de datos.
  5. Derecho a la portabilidad o intercambio de datos de clientes entre diferentes empresas.
  6. Derecho de oposición al tratamiento de datos personales.
  7. Derecho a no ser objeto de decisiones individualizadas a partir de los datos que hemos ofrecido.

En definitiva, la intención de los legisladores es que los ciudadanos europeos dispongamos de una ley que permita proteger nuestros datos, que nos expliquen para qué los utilizan y que podamos tener el derecho de anularlos o revocar a las empresas el permiso para seguir utilizándolos.

Si las empresas incumplen esta normativa se enfrentan a grandes multas que en los casos más graves pueden llegar al 4% de su facturación mundial al año o 20 millones de euros (la cantidad que sea más grande) y en los casos menos graves del 2% de su facturación global.

Aunque cada país de la Unión Europea tiene la posibilidad de seguir haciendo regulaciones de la protección de los datos de sus ciudadanos, ninguna de ellas puede entrar en contradicción con la GDPR.

La primera empresa que se ha puesto manos a la obra con el cumplimiento de esta norvativa ha sido Twitter y una de las primeras medidas que ha tomado ha sido bloquear las cuentas de los usuarios menores de 13 años o de quienes no conste su edad independientemente de que se hubieran abierto en los últimos momentos o en las primeras épocas de esta red social donde no era necesario poner la fecha de nacimiento.

De esta forma si no has puesto tu fecha de nacimiento o eras menos de 13 años en el momento que abriste la misma es posible que ahora mismo no hayas podido acceder a tu cuenta. Twitter está enviando  a los afectados un correo electrónico con la posibilidad de reabrir la cuenta en el caso que puedan acreditar una edad superior a la mínima establecida para el uso de esta red social.

Ayer fue uno de los temas de conversación en uno de los grupos más activos de Whatsapp que está en mi móvil (los #ffpacientes) donde debatíamos las posibles ventajas que pudieran derivarse del filtro de edad impuesto por Twitter y que parece que a partir de ahora lo van a ir cumpliendo. Se argumentó la posinble mejora de la calidad de los contenidos globales (aunque no creo que con 50 se digan más o menos tonterías que con 13 años).

Y mucho cuidado, que las grandes empresas de Internet podrían estar en riesgo de ser sancionadas.

¿Qué pasaría si la Unión Europea tuviese una actitud tajante con ellas?, ¿podrían anular a los ciudadanos europeos de sus servicios?, ¿os imagináis que solamente durante una semana estuviéramos sin Google, Whatsapp, Facebook o Instagram?, ¿Tendríamos capacidad de crear empresas en Europa que cubrieran los servicios que nos ofrecen las  grandes empresas estadounidenses?

Un valle muy inquietante. Sobre robótica antropomórfica


Imagen: Hiroshi Ishiguro y su Geminoid HI-4 en el Ars Electronica de Brucknerhaus ( 6 de septiembre de 2013 ) por Florian Voggeneder bajo licencia CC.

El desarrollo de robots antropomórficos para la atención directa a las personas, y que pueden tener un papel importante en los cuidados, genera comunicación humano-máquina que puede producir cierto rechazo en el ser humano al relacionarse con una máquina con aspecto muy similar al de un ser humano.

La teoría del valle inquietante es moderna pero recibe este nombre a partir de la definición de «lo inquietante» (del alemán «Das Unheimliche«) procedente del ensayo «En la psicología de lo inquietante» (1906) de Ernst Jentsch.

«Lo inquietante» se define como una sensación perturbadora ante algo que, al mismo tiempo,  nos es y no familiar. Una situación u objeto que se parece mucho a algo cotidiano, que conocemos bien pero en donde existe una una sensación que nos causa cierta ansiedad o malestar sin que podamos explicar por qué.

Esa sensación inquietante no es terror, ya que no tiene una forma concreta, se trata de la percepción de que hay algo que no encaja, es el monstruo que habita en nuestra mente desde la infancia, es el vecino que nos sonríe (lo cotidiano) pero (percibimos) que esconde algo que no podemos determinar y que nos produce disconfort.

Se trata de una figura muy utilizada en la literatura y el cine de suspense cuando en la narrativa aparecen situaciones «que no encajan en la cotidianeidad» y se esconde un ser perverso dentro del personaje menos esperado. Cuando las supociones se destruyen la lógica es retada y emerge lo inquietante.

Esta sensación inquietante es retomada por Masahiro Mori en 1970 para describir la relación entre un humano y un robot. La relación es cada vez más positiva siempre y cuando el robot mantenga apariencia de robot y seamos  conscientes de que se trata de una máquina que nos facilita ciertas tareas.

Cuando el robot va adquiriendo rasgos antropomórficos hasta llegar a presentar aspecto humano, la respuesta emocional de un observador humano al robot se irá haciendo cada vez más negativa hasta llegar a un punto de rechazo debido a la «inquietud» que nos genera.

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Gráfica de la teoría del es:Valle Inexplicable de Masahiro Mori. Remasterizada por Edgar Talamantes. Released under the GNU Free Documentation License.

 

Esta teoría se puede explicar de la siguiente forma.  Si una entidad es bastante diferente al humano, sus características humanas se verán más resaltadas, y generará empatía; mientra que si la entidad tiene apariencia humana, se harán evidentes sus «diferencias», creando un sentimiento de rechazo desde la perspectiva del humano.

Estas «diferencias» se pueden explicar desde el punto de vista antropológico, psicológico, filosófico y religioso.

  1. Un robot con aspecto humano mecánico actúa en nuestro subconsciente generando la idea que todo ser humano es un elemento mecánico y carente de alma.
  2. Puesto que la mayoría de los androides son copias de personas reales se convierten en dobles provocando el miedo de ser reemplazado.
  3. La torpeza de los movimientos de un androide podría generar reacciones de rechazo al provocar un miedo de pérdida de control corporal.
  4. La existencia de entidades artificiales pero de parecido humano puede ser visto como una amenaza al concepto de identidad humana.

Pero no siempre se genera este rechazo, Hay investigadores, como es el caso de Hiroshi Ishiguro, Director del Laboratorio de Inteligencia Robótica de la Universidad de Osaka, que ha creado su propio clon robótico dentro del proyecto Geminoid.

Este clon robótico dotado de inteligencia artificial de última generación actúa como un doble robótico de su creador.

Pero el proyecto Geminoid  va mucho más allá del efectismo de la creación de clones humanos donde nuestra imaginación puede poner (o no) los límites de la ciencia o de la ciencia-ficción. Han desarrollado varias límeas de investigación en la relación humano-robot en búsqueda del concepto de lo «que es el ser humano».

  1. Comprendiendo la presencia humana: A través de Geminoides (inteligencia artifical de aspecto antropomórfico muy realista como son los dobles de algunos de los ingenieros del laboratorio) estudiar las interacciones que se producen entre los humanos y robots tanto desde el punto de vista de influencia personal y social en los humanos como las modificaciones que se generan en la propia inteligencia artificial.
  2. Interacción simbiótica humano-robot: Centrada en el desarrollo de robots sociales  que puedan comunicarse con humanos. Para lograr el objetivo, es necesario desarrollar ciertos dispositivos y tecnologías: (a) material superficial de la piel y estructura interna para una interacción segura con humanos, (b) tecnología de reconocimiento de voz robusta y flexible, (c) funciones de contexto autónomo y comunicación sensible sobre la base de un modelo jerárquico que consiste en deseo, intención y comportamiento, incluidos los actos de habla, y (d) funciones de uso de múltiples medios comunicativos para comunicarse con múltiples personas en contextos sociales.
  3. Estudios de presencia humana a través de teléfonos móviles:Creación de un androide teleoperado del tamaño de un teléfono celular (es decir, un ‘teléfono celular geminoide’) que se puede utilizar para transmitir la ‘presencia’ de una persona en cualquier lugar. A través de esta innovación, los usuarios podrán transmitir su presencia a una ubicación remota de tal manera que sus interlocutores sientan que conversan cara a cara.

 

Lecturas recomendadas:

1.Hiroshi Ishiguro Laboratories. HIL [Internet]. [citado 4 de junio de 2018]. Disponible en: http://www.geminoid.jp/en/projects.html

2.El Futuro Es Apasionante. Hiroshi Ishiguro, el hombre que hizo una copia de sí mismo [Internet]. 2016 [citado 4 de junio de 2018]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=LNUq2ShY5E4
3.Alonso AJR. Lo inquietante [Internet]. Neurociencia. 2014 [citado 4 de junio de 2018]. Disponible en: https://jralonso.es/2014/11/20/lo-inquietante/

4.Miedo a lo casi humano: Uncanny Valley (Valle Inquietante) – Ciencia y Educación [Internet]. 2013 [citado 4 de junio de 2018]. Disponible en: https://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/16583178/Miedo-a-lo-casi-humano-Uncanny-Valley-Valle-Inquietante.html

5.Valle inquietante. En: Wikipedia, la enciclopedia libre [Internet]. 2018 [citado 4 de junio de 2018]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Valle_inquietante&oldid=108050135

 

Salud digital según la OMS


A través de un tweet de Alfredo Montero (@Amonterodel) de la mañana de 27 de mayo llegó a nuestro conocimiento  una resolución de la Organización Mundal de la Salud (OMD) sobre Salud Digital sobre la que nos gustaría comentar algunos aspectos.

Se trata de un proyecto de resolución presentado por varios países (Alemania, Argelia, Australia, Brasil, Estonia, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, Israel, Italia, Luxemburgo, Marruecos, Mauricio, Panamá y Sudáfrica) que hace referencia a la salud digital presentado el 21 de mayo de 2018

En su texto se reconoce el potencial de las tecnologías digitales para promover el desarrollo sostenible y la capacidad para dar a los sistemas de salud a nivel mundial mejoras en cuanto a la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades, y  la mejora de la accesibilidad, calidad y asequibilidad de los mismos. Reconoce también que aunque la interacción con el ser humano con la tecnología es cada vez mayor, en el campo de la salud es fundamental aún la interacción humano-humano.

Así mismo insta a los países a:

  1. Evaluar el uso de la tecnología digital como medio de promover un acceso equitativo, asequible y universal a la salud para todos y en especial a las personas más vulnerables.
  2. Integración de las tecnologías digitales en las infraestructuras y reglamentos actuales de los sistemas de salud para priorizar la promoción de la salud y la prevención de las enfermedades con objeto de reducir la carga que recae sobre los sistemas de salud.
  3. Optimización de los recursos.
  4. Determinación de los ámbitos prioritarios en los que convendría disponer de orientaciones, normativas, asistencia y asesoramiento técnicos sobre salud digital.
  5. Interoperabilidad de los sistemas.
  6. Disfusión de prácticas óptimas y  eficaces de arquitectura de políticas, programas y servicios de salud digital.

Un gran resumen del texto lo podemos encontrar en el tweet de Alfredo@amonterodel

Presentación del proyecto #Dejalobot en #semFYCBCN


En el mes de mayo se ha celebrado el congreso semFYC del año 2018 en la ciudad de Barcelona. Hasta allí fuimos miembros del GAT (Grupo de Ayuda al Tabaquismo) y del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías para presentar nuestro proyecto  #Dejalobot.

 

Se trata de un ensayo clínico pragmático con dos ramas paraleleas. Una de ellas (control) donde se realizará el manejo del abandono del tabaquismo según la práctica habitual y un segundo grupo (intervención) donde la deshabituación se realizará a través de un chat-bot.

Un chatbot es un programa informático que interactúa con el usuario a través de una aplicación de mensajería (en nuestro caso hemos utilizado por cuestiones técnicas  y de seguridad la aplicación Telegram) entablando una conversación lógica.

Para el desarrollo de esta conversación, cuyo objetivo es guiar al fumador en el proceso del abandono del hábito tabáquico, hemos desarrollado una serie de escenarios clínicos similares a todos los casos posibles que se pueden dar en este proceso. Ha sido como elaborar un guion de teatro con múltiples opciones y que ha sido de gran complejidad para nuestros expertos en tabaquismo.

La conversación puede ser iniciada por la persona o por la máquna y se bot puede remitir mensajes multimedia (texto, enlaces, imágenes, infografías, vídeos) como respuesta o complemento a la misma a lo largo de la conversación.

Pero en el Congreso de Barcelona hemos presentado la metodología del trabajo. Os dejamos la presentación que llevamos al congreso.

Ética y robótica han de ir de la mano


La robótica e esta temporada nos deslumbra con sus capacidades de futuro. Es apasionante estar en la vanguardia de la tecnología pero también da cierto vértigo. Con la llegada de la Inteligencia Artificial nos planteamos situaciones éticas que hasta este momento habían pasado más de soslayo por la tecnología.

Cada año o cada dos años aparecen nuevos temas dentro de la tecnología que nos deslumbran y a la vez nos hacen percibir este desarrollo de vértigo en el que estamos viviendo. Tras el desarrollo de las redes sociales y la web 2.o, se hablaba de la web 3.0. Con el auge de los teléfonos móviles inteligentes llegaron la aplicaciones para móviles y casi cuando aún nos estábamos recolocándonos ante estas herramietas aparecen los wearables que complementan a muchas de esta aplicaciones, términos como gamificación que nos hablan de la importancia de lo lúdico en el aprendizaje y desarrollo de situaciones … Desde hace un año estamos hablando de Inteligencia Artificial, de Big Data y poco a poco disponemos de plataformas para el desarrollo de herramientas domésticas que permiten que personas con escasos conocimientos de progamación podamos estar desarrollando bots.

Cuando hablamos de robots no solamente nos referimos a elementos mecánicos capaces de interpretar el entorno y dar respuestas adecuadas previamente aprendidas (herramientas o elementos con capacidad de aprendizaje) con forma humanoide o animaloide… sino a esos robots acorpóreos con los que nos podemos comunicar a través de herramientas de comunicación mediante chat: los chat-bots.

Los chat-bots están arrasando actualmente y hay numerosas plataformas que nos permiten configurar robots como sistemas expertos aplicados a numerosos campos sociales de actuación.

Hay plataformas (Messenger, Telegram, WhatsApp) que ya nos permiten configurar bots de manera muy sencilla. Ahora, ¿para qué los podemos utilizar en salud?.

Os traigo un ejemplo que van a ser Trabajo Fin de Máster del Máster de Salud Digital de SalusPlay.  Este trabajo ha sido tutorizado por mí y tengo el placer de acompañar a grandes profesionales con grandes ideas. Previamente os tengo que contar que los bots son, en la actualidad, uno de los campos de trabajo en los que personalmente estoy más implicado.

El  trabajo es el de Pablo Sánchez (@PauMatalap) , enfermero de la Unidad de Críticos del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón y editor del blog Enfermería Tecnológica. Su trabajo ha sido el desarrollo e implementación de M.U.T., un chatbot para facilitar la administración de medicación, funcionamiento de la unidad y el uso de la tecnología. Se trata de un sistema experto a través de Messenger con el que cualquier nuevo miembro que ingrese en su unidad (un servicio muy específico y que requiere el manejo de instrumental complejo) puede acceder a información sobre fármacos y máquinas que se utilizan de forma habitual en una UCI. Se trata de un sistema formativo alimentado con elementos multimedia (textos, vídeos, infografías) y que estoy seguro que servirá para que nuevos integrantes del equipo puedan adaptarse con más facilidad al mismo y para que las novedades que se vayan implementando puedan se seguidas y aprendidas por todos los miembros del servicio con mayor facilidad. Estoy seguro que en las redes, cuando haya presentado y defendido el trabajo, lo difundirá de forma magistral.

Y os iré contando en sucesivas entradas nuevos TFMs con grandes ideas.

El trabajo de Pablo viene a colación por lo que va a suponer la posibilidad de generar bots de manera sencilla (como sistemas expertos) en numerosos campos de la salud y esto nos debe hacernos plantear cuestiones éticas importantes.

Kriti Sharma, vicepresidenta de bots e inteligencia artificial de Sage, en una entrevista a Channel Partner afirma que desarrollar chatbots y programas de IA «es la parte sencilla» de su trabajo, y que «lo difícil es gestionar todas las dudas que esta disrupción tecnológica genera, pues son muy amplias y diversas». Propone una serie de normas éticas para cumplir en la empresa y que intentaremos trasladar al mundo sanitario.

  1. La inteligencia artificial debe reflejar la diversidad de los usuarios a los que sirve.  Y nunca más aplicable a la salud. Cuando el interlocutor es un humano nos adaptamos ( o intentamos adaptar) a las circunstancias «del otro». El problema se plantea cuando nuestro interlocutr es una máquina, ¿sabrá adaptarse a nuestra diversidad?. Posiblemente en un futuro sí, pero deberá estar diseñada para esta adaptabilidad.
  2. La inteligencia artificial debe rendir cuentas, igual que lo hacen los usuarios. Y la pregunta es ¿cómo podemos hacer que una inteligencia artificial adquiera «responsabilidad»?.
  3. Recompensa a la inteligencia artificial por sus progresos. Si no lo hacemos la inteligencia artificial podrá llegar a tenr comportamientos socialmente inapropiados. Hay un claro ejemplo de ello y cómo una IA puede llegar a adquirir comportamientos o actitudes peligrosas como fue el caso de Tay.
  4. La inteligencia artificial debe garantizar la igualdad de condiciones. Básico en temas de equidad en salud,
  5. La inteligencia artificial sustituirá puestos de trabajo, pero también creará nuevos empleos. Por un lado no creo que nos afecte a los sanitarios ya que la sustitución de profesionales de salud por máquinas no se prevee a medio plazo. Sí es cierto que podrán cambiar nuestras funciones, serán potetentes herramientas para la ayuda al diagnóstico y podrán disminuir considerablemente los errores y riesgos asociados al contacto con el sistema sanitario.

Las tres leyes de la robótica de Assimov tienen ahora más vigencia que nunca:

  1. Ningún robot causará daño a un ser humano o permitirá, con su inacción, que un ser humano resulte dañado.
  2. Todo robot obedecerá las órdenes recibidas de los seres humanos, excepto cuando esas órdenes puedan entrar en contradicción con la primera ley.
  3. Todo robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando esta protección no entre en contradicción con la primera o la segunda ley.

 

Nuestro Plis-Plas en #SoMaMFyC19A


El 19 de abril y bajo el lema “Nuevas miradas para viejos retos» se celebró en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid el vigesimo sexto congreso de la Sociedad Madrileña de Medicina de Familia y Comunitaria (SoMaMFyC).

La participación de nuestro grupo de trabajo fue en el reconocido Plis-Plas (intervenciones cortas de cada uno de los grupos) que pretenden dar una actualización de las novedades en su ámbito de trabajo durante este año.

Escogimos un tema de actualidad: la inteligencia artificial y cómo las máquinas, aunque sigan sin ser inteligentes, son capaces de aprender.

Os dejamos nuestra intervención esperando que os sea de ayuda.

Servicios gratuitos en Internet


Nos hemos acostumbrado a recibir servicios gratuitos en la red. No pagamos por utilidades cotidianas en nuestro día a día como nuestro correo electrónico, servicio de búsqueda en la web, gestión de archivos, almacenaje…. Pero ya hemos dicho en numerosas ocasiones que no hay nada gratis en la red.

gratis

 

Con la aparición de nuevos servicios más allá de los existentes vía web (aplicaciones para terminales móviles, chatbots) aparece de nuevo este dilema. ¿Somos capaces de pagar por se servicios que creamos importantes?.

Si hago una crítica personal, la mayoría de aplicaciones que tengo en mi teléfono son gratuitas y me ofrecen servicios muy interesantes… ¿se´ría capaz de pagar por la descarga o por el uso de servicios?.

Esta misma pregunta se la realizan quienes lanzan al mercado aplicaciones y existen diferentes puntos a tener en cuenta.

  1. Costumbre del «todo gratis» digital. Aunque el «todo gratis» ha ido cambiando. Un ejemplo ha sido el cambio de los hábitos de consumo de productos audiovisuales. La mayoría de las ocasiones no buscamos la posesión de un soporte físico (excepto para algunos fanes que puedan buscar un vinilo o una película y deseen su posesión) sino que buscamos el poder usar un servicio, ver una película o serie o escuchar una canción determinada. Actualmente disponemos de múltiples plataformas de productos audiovisuales que por un precio razonable nos permiten el disfrute del servicio multiplataforma.
    No solamente ha cambiado el sector audiovisual. Las publicaciones científicas han cambiado su modelo de negocio repercutiendo el gasto de edición en quienes generan contenidos (a cambio de visibilidad y presencia) y no en el consumidor / lector de los artículos. El sector automovilístico está en este proceso de forma que numerosas plataformas de alquiler por uso de vehículos (motos o automóviles) pueden llegar a desplazar el modelo de negocio donde no va a primar la posesión sobre el uso.
    De esta manera nos estamos acostumbrando a pagar por servicio.
  2. Existencia de aplicaciones o servicios similares que puedan tener una versión gratuita… con lo que los clientes se decantarán por «lo gratis».

Los servicios gratuitos nos tienen vigilados. Somos su mercancía (a través de los datos que generamos) y no sus clientes. Todos estos datos que hacen referencia a nuestros gustos, aficiones, hábitos de vida, rutinas… ahora pueden ser estudiados de manera poblacional a través del BigData y generan datos que reflejan tendencias en todos los ámbitos y que son vendidos a empresas de cada uno de los sectores para que conozcan a su público potencial.

Además, estamos sectorizados y de esta manera nos bombardean con publicidad dirigida (que personalmente prefiero a la publicidad global de medios) utilizando argumentos y medios muy mejorados ya que conocen nuestro grafo social y ante la pregunta «¿sabes que nuevo libro ha comprado tu amigo fulanito en tal tienda virtual?» no podemos resistirnos en hacer un clic (y a veces hasta picamos).

Lo último fue hace unos años que podíamos subir sin límite de espacio cuantas imágenes quisiéramos en almacenes virtuales… y a los pocos meses estaba comercializado el software de reconocimietno facial muy mejorado (aunque a veces falle) a partir de entrenamiento con millones y millones de puntos faciales que nos identifican como personas. ¿casualidad?.

Pero volvamos al tema de la monetización de servicios o aplicaciones. Para ello hay que conocer bien al público usuario de la aplicación y al entorno respecto a nuestros servicios.

  1. Público diana: ¿que sistema operativo utiliza en su mayoría?, ¿pertenece a una profesión determinada?, ¿servicio de ocio o profesional?.
  2. Entorno: ¿Existen aplicaciones similares?, ¿cual es su modelo de negocio?, ¿ha tenido éxito?.

Existen tres maneras de generar dinero en aplicaciones gratuítas:

  1. A través de comercializar los datos que los usuarios van generando. Por ejemplo las aplicaciones de entrenamiento generan gran cantidad de datos sobre rutinas de ejercicio físico que son muy apreciadas por empresas del sector deportivo.
  2. Por publicidad directa. Muy molesta para el usuario (pero si el servicio merece la pena, somos capaces de soportarla de forma cómoda siempre que no interfiera demasiado). La tarificación de los servicios de publicidad está en función del número de descargas que tenga la aplicación, su uso, tipo de cliente que la utiliza y el número de clics en los banners. El problema que existe al contratar este tipo de publicidad es que estos datos han de estar cuantificados (la aplicación o servicio ha de estar en activo) para poder hacer una estimación de los ingresos que se pueden obtener por esta vía.
  3. Por la posibilidad de compras dentro de la aplicación.

Esta modalidad es cada vez más utilizada. Existen varios tipo de «compras» dentro de las aplicaciones: consumible, no consumible, suscripciones no renovables o suscripciones de renovación automática.

  1. Consumibles: El usuario compra con dinero real a través de la plataforma una serie de privilegios para debloquear opciones o servicios que se encuentran bloquedos en la aplicación gratuita.
  2. No consumibles: El usuario paga por un servicio más personalizado (por ejemplo la supresión de publicidad).
  3. Suscripciones no renovables: Periodo de prueba y pago único por el uso indefinido de la aplicación o de esa versión.
  4. Suscripciones renovables: Se paga una tarifa por tiempo (mensual, trimestral, semestral o anual).

El problema en el que estamos es que muchas ideas de aplicaciones o servicios no se ejecutan porque no está claro qué modelo de negocio pueden tener o cómo van a comportarse en el mercado digital. Para hacer y mantener actualizada una aplicación o servicio se necesita invertir mucho tiempo y dinero. Por eso cada vez que descarguemos una aplicación tenemos que pensar cuantas personas y cuantos puestos de trabajo están por detrás de ellas.

 

Telemedicina en el NHS y posible aplicabilidad en España


Captura de pantalla 2018-02-08 a las 20.13.00En estas últimas semanas se han hecho eco numerosas revistas especializadas en salud y en tecnología de la aparición de servicios de telemedicina dirigidos a la atención primaria dentro del sistema sanitario público británico (NHS o Natinal Health Service).

El NHS siempre ha sido pionero en el uso de herramientas tecnológicas aplicadas a la salud. Es referencia su página sobre valoración y recomendación de aplicaciones para terminales móviles en temas de salud con un sistema muy bueno de valoración de las mismas. Además está haciendo grandes esfuerzos para que sus trabajadores usen herramientas tecnológicas.

Es cierto que el sistema público de asistencia sanitaria no puede ser equiparable al nuestro y que sus iniciativas no pueden ser extrapoladas directamente al nuestro.

Hasta el momento había pequeñas compañías que han implementado sistemas de asistencia médica utilizando plataformas de telemedicina (con todos los requisistos de seguridad y confidencialidad). Existen dos modalidades de servicio:

  1. Empresas privadas establecen equipos de médicos/enfermeras/fisioterapeutas/matronas para dar servicio sanitario a particulares.
  2. Empresas que ponen a disposición plataformas de este tipo para el uso privado por parte de profesionales autónomos.

Y dos modelos de negocio: pago por consulta o suscripción a una serie de servicios.

Una realidad en nuestro país es la plataforma BLUA de Sanitas donde esta aseguradora se adentra en servicios de telemedicina como ejemplo de la primera modalidad de servicios o plataformas como Doctor24 o Sanidoctor en la segunda modalidad.

En un sistema altamente presencial como es el sistema español donde hay una proximidad y cercanía muy grande del primer nivel asistencial no parece que estos modelos tengan una importante repercusión.

Esta nueva plataforma de telemedicina del NHS ofrece las siguientes posibilidades al ciudadano:

  1. Acceso 24/7/365.
  2. Posibilidad de receta electrónica.
  3. Compromiso de respuesta en menos de dos horas.
  4. Posibilidad de videoconferencia.
  5. Atendida por médicos/as de familia con al menos 10 años de experiencia profesional.

¿Qué pasaría si el sistema público pusiera a disposición de los usuarios algún servicio de este tipo?.

La verdad es que responder a esta pregunta es hacer un ejercicio de ficción interesante.

  1.  Demanda: Podríamos pensar que muchas de las demandas que atendemos de forma presencial y que no precisan un contacto directo entre el sanitario y el paciente podrían ser resultas de forma no presencial…. pero ¿de verdad la telemedicina disminuiría el número de consultas presenciales en un sistema gratuito o generaría una nueva forma de contacto de manera que al aumentar la oferta aumentaría la demanda?.
  2. Frecuentación: Los profesionales que atenderían los servicios de teleasistencia no tendrían porqué ser los profesionales que tienen una atención longitudinal con el paciente o la familia. Posiblemente esta asistencia puntual por un servicio telemático originase una nueva atención al médico o enfermera de familia para «contarnos» qué ha sucedido.
  3. Saturación: Otro problema sería que si el acceso fuera totalmente gruito y accesible (24 horas/7 días a la semana) y debido a la necesidad de inmediatez que nos genera la herramienta internet, se podría mal utilizar para solucionar dudas o problemas banales hasta saturar un sistema que tendría que estar sobredimensionado ante estas eventualidades. Otra posibilidad sería una alerta sanitaria (real o sentida) que sería capaz de colapsar el sistema
  4. Equidad: Otro inconveniente sería la inequidad que se podría originar ofreciendo nuevas vías de contacto a servicios de salud a ciudadanos que ya lo disponen por otras vías y negarlo a otros ciudadanos que, por cuestiones de ausencia conocimientos o herramientas de acceso, necesitan más contacto con el sistema sanitario y se le alejaría del mismo.
  5. Coste: Sobre el papel los servicios de telemedicina son más eficientes y abaratan costes. Pero  si el servicio es un añadido a lo existente en presencial y no se ponen límites (que no barreras) de acceso a los servicios supondría un gasto añadido que de por sí sería ineficiente originando un gasto inicial técnico elevado.

Por ello implementar un sistema de teleasistencia sin determinar objetivos claros y sin modificar (que no quiere decir limitar o poner barreras) de alguna manera la accesibilidad estaría, posiblemente, encaminado al fracaso.

Es una pena, porque con un uso responsable y racional del sistema sería muy ventajoso:

  1. Para el ciudadano:
    1. Forma de acceso cómoda, rápida y eficaz para resolución de problemas puntuales que no precisan presencia física.
    2. Cuando se necesite un acceso presencial al sistema se dispondrá de más tiempo de consulta para resolución de problemas reales sanitarios.
    3. Mayor satisfacción.
  2. Para el profesional:
    1. Desburocratización de la consulta con separación de problemas administrativos de clínicos.
    2. Mayor satisfacción.
  3. Para el sistema:
    1. Mayor eficiencia.

Pero para ello hay que modificar previamente la estructura de la atención primaria y de la asistencia en este nivel a través de herramientas y decisiones de gestores y políticos:

  1. Reformulación de los sistemas de ausencia laboral (bajas y justificantes) ya que existen otras fórmulas que no dependen de una enfermedad real o simulada.
  2. No realización de justificantes o informes que, además de estar al límite respecto a la vulneración de datos de alta privacidad y por lo tanto extremadamente sensibles, no parecen entrar dentro de las competencias profesionales de los médicos de familia. Muchos de ellos son solicitados por la propia administración pública (oposiciones, INEM, servicios sociales…).
  3. Sistema de prescripción. Aunque existen avances al respecto es aún muy mejorable como la existencia de una receta electrónica común en todas las autonomías del estado.
  4. Mejora de sistemas de coordinación y comunicación entre niveles asistenciales.
  5. Responsabilidad de otros niveles:
    1. Los/las médicos de familia no estamos para explicar a los ciudadanos decisiones tomadas en otros niveles asistenciales.
    2. Los/las médicos de familia no estamos para dar resultados de pruebas complementarias solicitadas en otros niveles asistenciales.
    3. Los/las médicos de familia no estamos para generar nuevas interconsultas de procesos crónicos para que cuentes como «primeras visitas» y así ser cómplices de sistemas de maquillado de listas de espera.

Hasta que no exista una modificación estructural que conlleva decisiones a nivel gestor y político no se podrá implementar un sistema real y con posibilidad de éxito de telemedicina. Es decir, desgraciadamente, nuestros gestores y nuestros políticos están entorpeciendo la aplicación de sistemas que técnicamente podrían ser implementados y que mejorarían la salud de los ciudadanos.

 

Calidad de productos sanitarios en un mundo a alta velocidad


La tecnificación de la salud y de los dispositivos sanitarios ya sea para el diagnóstico, seguimiento o tratamiento de enfermedades o procesos sigue una curva exponencial. Las organizaciones sanitarias están adecuando los protocolos de aprobación de estos dispositivos para adecuarse a la salida de los mismos al mercado ¿serán capaces de estar a la altura de este ritmo frenético?, ¿la velocidad de aparición de herramientas superará a la velocidad en que éstas se aprueben para su uso?, ¿se deteriorarán los estándares de calidad?.

Los viejóvenes aún estamos en activo y, como somos muy inquietos, intentamos estar lo más actualizados posible. En mis épocas de estudiante y residente había muy poca tecnificación asociada  a los procesos de diagnóstico y tratamiento de procesos y enfermedades. Tensiómetros, glucómetros, electrocardiógrafos o ecógrafos desde un punto de vista general; y especialidades más tecnificadas como el diagnóstico por imagen (aparatos de tomografía o resonancia nuclear magnética) y especialidades médicas y quirúrgicas con instrumentos mucho más específicos como la oftalmología, la cardiología, otorrinolaringología, anestesia y cuidados intensivos.

Para los pacientes la cantidad de aparatos relacionados con su salud era también muy limitada con los primeros tensiómetros digitales domésticos, glucómetros y poco más.

El contacto de los sanitarios con herramientas altamente tecnificadas era minoritario, específico de servicios hospitalarios muy concretos y la velocidad de aparición de nuevas herramientas mucho más lenta.

Con el desarrollo de sistemas de comunicación aplicados a aparatos con señales digitales se desarrolla una inicial «telemedicina» con la posibilidad de acceso remoto a datos de salud. Se desarrollan los primeros sistemas que permiten comunicar al paciente en su domicilio con su médico, comunicaciones entre niveles asistenciales o monitorización a domicilio. Cada vez se desarrollan sistemas de comunicación más seguros, sensores más fiables y la cultura sanitaria se va acomodando a estas nuevas herramientas.

En la actualidad la velocidad de aparición de nuevos instrumentos sanitarios es más rápida debida a numerosas causas:

  1. Cada vez dependen menos del hardware (máquina) y más del sofware (programación) por lo que la innovación es más sencilla, barata y rápida.
  2. La inteligencia artificial y el aprendizaje automático genera sistemas autoprogramables y en mejora continuada.
  3. El abaratamiento de la producción hace posible que aparezcan cada vez más sistemas de alta tecnología de uso doméstico.

La velocidad de aparición de nuevas herramientas (apps para sistemas móviles, wearables, herramientas robóticas, impresiones en 3D, relaciones de variables a través de bigdata) es cada vez más rápida.

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Todos los productos sanitarios están sometidos a una estrictas normas de regulación para su producción y comercialización tanto en la Unión Europea como en Estados Unidos por lo que cada nuevo sistema, aparato de medida, herramienta diagnóstica o de tratamiento, ha de ser aprobada por la FDA americana o la EMEA europea que son la agencias encargadas.

Hace pocos meses llegó a nuestro correo electrónico la reseña de un interesante artículo «Medicine Is Going Digital. The FDA Is Racing to Catch Up» en el que se nos plantea el problema de tiempo y recursos necesarios para la aprobación de productos sanitarios que se generan cada vez a mayor velocidad.

Plantea la posibilidad de que exista una «doble velocidad» de aprobación de comercialización de estos productos, más exigente para empresas «menos confiables» y más sencillo para «empresas confiables». De esta manera las agencias reguladoras actuarían como servicios de seguridad que son más exigentes (y tienen más control) con personas (empresas) conocidas que con otras que lo sean menos y que aún no se han ganado su confianza.

De esta manera herramientas de grandes empresas que ya tienen productos aprobados por la FDA tendrían una regulación más laxa y empresas que están iniciando su andadura tendrían unas normas más estrictas para lograr la aprobación (comercialización) de su producto.

Se nos plantean varias dudas a este respecto desde el punto de vista de la innovación industrial:

  1. Se puede penalizar la innovación. Una idea generada por una empresa poco conocida y que inicia su andadura a partir de la misma saldría perjudicada frente a una idea peor de otra empresa conocida.
  2. El tiempo desde la generación de la idea en el seno de una gran empresa hasta la comercialización de un producto sería mucho menosr en empresas conocidas que en desconocidas. Todos sabemos que estar el primero en el mercado supone una ventaja, por lo que se beneficiaría a empresas establecidas en el mercado frente a nuevas empresas con el riesgo que el número de empresas sea mucho menor.
  3. Posiblemente, para muchos innovadores, sea más rentable vender la idea que iniciar la aventura de generar un producto.

Pero también se nos generan dudas respecto a la calidad del producto fiinal para el consumidor.

  1. Si una empresa sabe que sus estándares van a ser más laxos, ¿no se corre el riesgo de que los requisitos internos de calidad sean también más laxos?.
  2. En un momento donde estar el primero en el mercado ofrece una ventaja comercial enorme, ¿no primará este hecho frente a la calidad final del producto?.
  3. ¿Llegaremos a tener productos de baja calidad en el mercado con una garantía de calidad de estas agencias poniendo en riesgo la seguridad del paciente?.

Es cierto que algo hay que hacer algo, pero posiblemente, esta doble vía no esté exenta de peligros importantes donde los ciudadanos podemos ser quienes tengamos que asumir riesgos que pueden afectar a nuestra salud.

Apps de salud y mayores: ¿un reto pendiente?


Las aplicaciones para terminales móviles se han convertido en una herramienta sanitaria. Muchos profesionales sanitarios las utilizamos de forma cotidiana y las recomendamos a algunos pacientes. En nuestro medio la mayoría de la población a la que atendemos dispone de un teléfono inteligente y las podríamos recomendar, pero ¿qué pasa con nuestros mayores?, ¿presuponemos acaso que no las van a saber utilizar?, ¿estánn diseñadas para este grupo de población que además tiene una mayor incidencia de procesos crónicos?

 

A finales de enero se ha publicado el interesante artículo Prevalence of Health App Use Among Older Adults in Germany: National Survey en la revista mHealth JMIR.

El objetivo de este estudio fue investigar la prevalencia del uso de aplicaciones sanitarias y los factores demográficos relacionados, así como el estado de salud entre los adultos mayores en Alemania a través de una encuesta autoadministrada que remitían a los sujetos a través de correo postal.

La encuesta era larga (duración de cumplimentación de unos 45 minutos) en la que se exploraban diferentes aspectos de los participantes como: caracterización de los participantes, medida de la afabetización informática, medida del estado de salud, investigación del uso de aplicaciones generales y medida de la aceptación de aplicaciones en salud.

El trabajo de campo se realizó en verano de 2016 y se enviaron 5000 encuestas en correo postal a adultos residentes en Alemania mayores de 60 años. Se descartó el uso de una encuesta a través de Internet para evitar un sesgo de participación de usuarios más avanzados en el uso de herramientas digitales.

De las 5000 encuestas remitidas solo contestaron 576 sujetos (tasa de participación 11,56%) aunque se desconoce el número total de personas que contestaron parcial o totalmente la encuesta y no la remitieron.

La edad promedio fue 69,17 años . De los 576 participantes, 280 (48.7%) eran mujeres. Un total de 286 de 576 participantes (49.6%) usan un teléfono inteligente y 132 de estos 286 usuarios de teléfonos inteligentes (46.2%) también usan una tableta. Solo 33 de los 576 participantes (5.7%) usan una tableta sin un teléfono inteligente adicional.

Según la afirmación de los participantes con respecto al uso general o de la aplicación, se dividieron en tres grupos de usuarios: usuarios de aplicaciones de salud (n = 95), usuarios de aplicaciones generales (n = 216) y no usuarios de aplicaciones (n = 265).

Los usuarios de los tres grupos informaron al menos una enfermedad crónica por participante sin encontrarse diferencias significativas entre los tres grupos respecto a esta variable. Todos los grupos mencionaron la hipertensión con mayor frecuencia. El dolor de espalda, la artrosis y la diabetes también se mencionaron con frecuencia como enfermedades crónicas dentro de los tres grupos.

Respecto al número de aplicaciones generales instaladas en sus teléfonos. Los dos grupos (usuarios de aplicaciones de salud y usuarios de aplicaciones generales) tiene instaladas «hasta diez» aplicaciones tanto para usuarios de aplicaciones de salud (37%, 35/95) como para usuarios de aplicaciones generales (60%, 129/216).

Además, se preguntó a los participantes con qué frecuencia usan aplicaciones generales. La respuesta más frecuente dentro del grupo de usuarios de aplicaciones de salud fue «diaria» (73%, 69/95), la misma que para el grupo de usuarios de aplicaciones generales (49%, 106/216).

En relación con la aceptación de las aplicaciones de salud la razón más frecuentemente mencionada para el rechazo de las mismas en ambos grupos es la falta de confianza, seguida de preocupaciones sobre la privacidad de los datos y el temor a un diagnóstico erróneo.

Se han realizado estudios similares con diferentes tramos de edad poblacional sobre todo en Estados Unidos y en Hong Kong con diferentes resultados en cuanto al uso de aplicaciones en personas de edad más avanzada. En los Estados Unidos, el 19% de los propietarios de teléfonos inteligentes ya habían utilizado al menos una aplicación de salud en 2012 [ 1]. Sin embargo, el estudio no midió el nivel de uso entre los adultos mayores dentro de la muestra. Un estudio más reciente reveló una tasa de uso en 2015 de más del 50% en una muestra de adultos jóvenes y mayores en los Estados Unidos [2]. Un estudio diferente en Hong Kong identificó una tasa de uso de alrededor del 20% entre esta población en 2016 [3]. Las aplicaciones de salud mencionadas con más frecuencia en todos estos estudios estuvieron relacionadas con el ejercicio. Sin embargo, queda la pregunta de si los adultos mayores están dispuestos a integrar estos productos de cuidado de la salud basados ​​en la tecnología de la comunicación en sus vidas cotidianas. Para ellos, esto significa que tendrían que adaptarse a la nueva tecnología, especialmente porque son «inmigrantes digitales» que podrían no interactuar con teléfonos inteligentes y productos relacionados [4].

Aunque los estudios se han realizado con aplicaciones para teléfonos inteligentes (apps) no hay que olvidar que la tecnología va en desarrollo y que se están desarrollando otras herramientas de comunicción con aplicación sanitaria como los chatbots que pueden tener en un futuro próximo gran relevancia en el mantenimiento de la salud. Es cierto que estas herramientas son similares a sistemas de conversación que posiblemente sean más habitualmente usados por personas mayores ( tipo whatsapp o similares). Tampoco hay que olvidar otras herramientas con un presente y futuro significativo como pueden ser los wearables aunque el funcionamiento de ellas es más transparente para el usuario.

Nos parece muy interesante este artículo y otros referidos en la bibliografía, por la importancia concedida a los mayores (con más prevalencia de enferemedades crónicas) y su relación con la tecnología.

Queda al final la pregunta… ¿estamos considerando esta variable (edad) en cuanto a la facilidad de uso de herramientas digitales?

 

  1.  Fox S, Duggan M. Pewinternet. 2012. Mobile health 2012
  2. Krebs P, Duncan DT. Health app use among US mobile phone owners: a national survey. JMIR Mhealth Uhealth 2015;3(4):e101
  3. Shen C, Wang MP, Chu JT, Wan A, Viswanath K, Chan SS, et al. Health app possession among smartphone or tablet owners in Hong Kong: population-based survey. JMIR Mhealth Uhealth 2017 Jun 05;5(6):e77
  4. Prensky M. Digital Natives, Digital Immigrants Part 1. On the Horizon 2001 Sep;9(5):1-6.