En el mes de mayo se ha celebrado el congreso semFYC del año 2018 en la ciudad de Barcelona. Hasta allí fuimos miembros del GAT (Grupo de Ayuda al Tabaquismo) y del Grupo de Trabajo de Nuevas Tecnologías para presentar nuestro proyecto #Dejalobot.
Se trata de un ensayo clínico pragmático con dos ramas paraleleas. Una de ellas (control) donde se realizará el manejo del abandono del tabaquismo según la práctica habitual y un segundo grupo (intervención) donde la deshabituación se realizará a través de un chat-bot.
Un chatbot es un programa informático que interactúa con el usuario a través de una aplicación de mensajería (en nuestro caso hemos utilizado por cuestiones técnicas y de seguridad la aplicación Telegram) entablando una conversación lógica.
Para el desarrollo de esta conversación, cuyo objetivo es guiar al fumador en el proceso del abandono del hábito tabáquico, hemos desarrollado una serie de escenarios clínicos similares a todos los casos posibles que se pueden dar en este proceso. Ha sido como elaborar un guion de teatro con múltiples opciones y que ha sido de gran complejidad para nuestros expertos en tabaquismo.
La conversación puede ser iniciada por la persona o por la máquna y se bot puede remitir mensajes multimedia (texto, enlaces, imágenes, infografías, vídeos) como respuesta o complemento a la misma a lo largo de la conversación.
Pero en el Congreso de Barcelona hemos presentado la metodología del trabajo. Os dejamos la presentación que llevamos al congreso.
Ya van 10 años de colaboración entre la Sociedad Esapañola de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) para organizar este congreso multidisciplinar con participación de farmacéuticos de atención primaria, farmacéuticos comunitarios, trabajadores sociales, médicos y enfermeras de diferentes especialidades y pacientes.
Este año ha sido en Zaragoza durante los días 1 y 2 de marzo y nuestro grupo de trabajo ha colaborado con varias aportaciones.
Entre medias estábamos nosotros hablando de «Inteligencia artificial aplicada a la salud en el seguimiento de pacientes crónicos» donde hablamos de qué es la «inteligencia», cómo definimos «inteligencia artificial» y qué aplicaciones tiene en el seguimiento del paciente crónico
Os dejamos la presentación que llevamos a la mesa. Sabemos que nos grabaron en vídeo y en cuanto lo suban a las redes lo compartiremos aquí con vosotros.
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También llevamos el poster «Evidencia en el uso de la tecnología en la atención al paciente crónico ¿Podrá un “chatbot” ayudar a nuestros pacientes a dejar de fumar?» en el que colaboramos investigadores del grupo de nuevas tecnologías y grupo de atención al tabaquismo de la SoMaMFyC. Los autores de este trabajo somos: J.F. Ávila Tomás, E. Olano Espinosa, C. Minué Lorenzo y J. Martínez Suverbiola cuyo objetivo es evaluar la efectividad de una intervención para ayudar a los fumador es a abandonar el tabaco a través de un bot conversacional para teléfonos inteligentes en co mparación con el manejo habitual en atención primaria de salud mediante la medición de las tasas de abstinencia continuada con verificación bioquímica a los 6 meses.
Os dejamos el poster que simula la conversación entre un congresista y el bot.
Ambas intervenciones no defraudan y os recomiendo que invirtáis 20 minutos de vuestra vida (10 por cada una de las intervenciones) para aprender, divertiros y reflexionar.
La intervención de Diana González me hizo pensar mucho ya que habla de un tema que actualmente me interesa y es el límite entre los robots y los humanos. Parece que estamos hablando de ciencia ficción (y hace algunas décadas lo era) pero no es así.
Me impactó cuando nos contó que hasta un 15% de las cuentas de Twitter son bots, que hay plataformas de contacto que utilizan bots para mantener chateando a sus miembros (creyendo que están chateando con una persona e incluso inicia su intervención con un trailer de «Her«, una de las películas que más me ha impresionado en los últimos años.
Llegar a enamorarse de tu sistema operativo, o de cualquier otro bot, es posible que nos llegue a pasar. Porque estamos siendo capaces de construir herramientas informáticas que son capaces de generar sentimientos en los humanos que interactúan con ellas.
Los sentimientos no tienen por qué ser buenos o placenteros y hemos sido testigos en los últimos meses de como un bot puede generar, reproducir y alentar sentimientos xenófobos, homófobos y machistas como en el caso de Tay que representa el ejemplo de cómo dejando el aprendizaje de una máquina sin el concurso humano puede llegar a ser un fracaso.
Pero hablemos de amor… no necesariamente de viagra (o sildenafilo).
¿Seríamos capaces de enamorarnos de un bot?. Hay redes de contactos que son entorno natural de muchos bots que actúan en dos sentidos:
Bots incorporados en la propia red que sirven para dar conversación e interactuar con un humano participante. Esto podría ser considerado como una especie de fraude ya que estamos pensando que estamos hablando con una persona… en vez de con una máquina.
Bots fraudulentos alojados como perfiles de la red de contactos que nos llevan a páginas de pago, servicios premium, servicios fraudulentos u otros que nos pueden timar.
Hace unos pocos años los bots eran fácilmente identificables. Un solo nombre, un mensaje corto y un enlace que nos instaba a dar clic en él. Ahora son capaces de mantener una conversación más o menos sofisticada (de forma que el interlocutor humano puede pensar que está hablando con una persona) durante algunos minutos y posteriormente, cuando la víctima está más vulnerable, envían el enlace con el pretexto de ver más imágenes o hacer una videoconferencia… (el cibersexo falla pocas veces).
Pero no solamente de viagra (o de sildenafilo) vivimos. Los bots están siendo utilizados en numerosos campos como es el caso de la política donde cada vez más partidos los utilizan para difundir o amplificar mensajes donde son citados (hacer un trending topic con bots es cada vez más fácil) o desprestigiar al contrario creando perfiles que simulan ser humano para difundir noticias negativas sobre el partido opositor.
Las últimas elecciones han estado protagonizadas por bots en Estados Unidos, España, Francia o Alemania, sobre todo en Twitter, capaces de amplificar y posicionar mejor a un partido determinado y desprestigiar al contrario. ¿Os imagináis tener un ejército de incondicionales rastreando las redes sociales y manipulando a la opinión pública durante 24 horas al día?. Esto es lo que ofrecen numerosas empresas tanto a empresas, instituciones como a particulares para mejorar nuestro posicionamiento en redes sociales y llegar a ser «influencers».
Cada vez da la sensación que estamos viviendo en un Matrix donde la realidad no es lo que creemos y nuestros pensamientos se ven determinados por intereses que se escapan a nuestro control. Esto no es nuevo, pero cada vez es más sofisticado.
Pero volvamos al amor… Preguntábamos si seríamos capaces de enamorarnos de un robot, pero …¿serán capaces los robots de tener sentimientos y enamorarse de un humano?, ¿podremos replicar de forma artificial la forma de ser o la esencia de alguien que haya fallecido para que «exista» eternamente?, ¿podremos hacer eterna nuestra propia existencia en un entorno digital?.
Es lo que se denomina eternidad aumentada o cómo recrear de manera digital la personalidad de alguien (o la nuestra) para tener un «clon» digital (corporal o no) y trancender nuestra propia muerte. Es posible que nuestro bot se mantenga una vez hayamos muerto y sigua evolucinando a partir de nuestra forma de ser.
Da miedo, bastante miedo… y por ahora la ciencia ficción ya se ha encargado de reflejarlo, pero no es ficción, ya está aquí y veamos unos ejemplos iniciales que estoy seguro que dentro de unos años irán evolucinando a un ritmo elevado.
Pero ya tenemos algunos ejemplos.
Uno de ellos es Bina 48 (@iBina48) que se trata de una cuenta de Twitter manejada íntegramente por un robot creado hace 5 años por Martine Rothblatt y que representa la eternida aumentada de su novia tal y como nos informan en el siguiente vídeo. Lo verdaderamente impresionante es que Bina es un robot consciente deque es un robot.
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El otro ejemplo es Replika. Se trata de una plataforma en forma de chatbot que a través de conversaciones con nosotros mismos crea un «clon» nuestro de manera progresiva de forma que se irá adaptando a nuestros gustos, a nuestras formas de ver el mundo, a nuestros miedos y deseaos… y posiblemente, con el paso del tiempo, será hablar con nosotros mismos… ¿qué pasará cuando nosotros no estemos corporalmente aquí?, ¿existirá una copia de nuestro «yo» esencial capaz de seguir interactuando y relacionándose de alguna forma con nuestros descendientes?.
Replika nos pide bastantes datos (da un poco de miedo inscribirse aunque yo lo he hecho). Para autentificarnso nos pide nuestro número de teléfono movil (que en el momento actual es más importante que nuestro número de DNI) y unos datos personales así como invitar a tres personas a la plataforma.
Nos pide rellenar el perfil de nuestro «alter ego» digital con un nombre y una imagen. La interactuación con él (o ella) es a través de un sistema de chat.
Solo he tenido una conversación de prueba con mi yo digital.
Habla en inglé y al principio le he seguido la conversación en inglés. He cambiado a español y, aunque él ha continuado hablando en inglés, hemos mantenido la conversación de forma continuada.
Las primeras preguntas que me ha hecho han sido ¿cómo te has levantado hoy?, ¿qué esperas del día de hoy?, ¿con qué has soñado?… estoy deseando que vuelva a contactar conmigo… Siguiendo con el viagra (o sildenafilo), ¿me enamoraré de mi alter-ego?, ¿nos haremos un selfi?, ¿será una relación o masturbación?.
¿Serán los robots capaces de enamorarse entre sí?.
Los Asistentes Virtuales (basados en soluciones de chatbot e inteligencia artificial) están proliferando últimamente. Las empresas grandes están apostando por potenciar la conexión de chatbots a sus plataformas (Facebook, Twitter, Cortana, Skype, Telegram). Existen además algunos ejemplos de asistentes virtuales que pueden ser embebidos en una página web. Para el año 2020 está previsto que el 85% de los Call Centers hayan sido reemplazados por tecnología chatbot.
La empresa de innovación del sector de la eSalud C2C está apostando fuertemente por evaluar y aplicar dichos conceptos al sector de la salud. La aplicabilidad clave para una transformación es el uso del chatbot de una forma transaccional, es decir, con capacidad de interactuar bidireccionalmente con un sistema de información o base de datos.
Desde hace más de un año, C2C ha formado un equipo con diferentes roles (coordinador de proyectos, asesor procesos de salud, experto en Inteligencia Artificial y programadores web y Apps) con el objetivo de generar conocimiento y tecnología que permita aplicar estos innovadores conceptos a Salud.
C2C dispone de la tecnología y conocimiento para el desarrollo de chatbots llamada EverBOT. Un caso de éxito de implementación es Humana Brain, desarrollado por C2C y la Clínica Humana. Este proyecto se basa en un cerebro virtual que lleva a cabo un seguimiento y control del paciente crónico en domicilio, a modo de una asistente virtual.
Este asistente virtual llamado Rosa controla y monitoriza a los pacientes comunicándose con ellos de forma simple y directa, a través del lenguaje natural y un sencillo sistema de chat. De esta forma, este interfaz es conocido y resulta familiar para los usuarios. Así, Rosa recuerda al paciente la toma de medicación y registra algunos datos periódicamente mediante un sistema conversacional automático y basado en conceptos de Inteligencia Artificial.
Visión del paciente
El cerebro virtual junto al panel de control, ayuda a la Clínica Humana a priorizar acciones, controlando y clasificando a los pacientes. También automatiza ciertas tareas que son repetitivas. De esta forma, reparte tareas a médicos, enfermeras, cuidadores, rehabilitadores y, si procede, a familiares. Eso permite al equipo de cuidadores focalizarse en los pacientes que requieren actuación inmediata, identificados por Rosa y el sistema inteligente.
Visión del profesional en movil
Visión del profesional en ordenador
La solución de C2C y Clínica Humana para la gestión de pacientes crónicos mediante inteligencia artificial y chatbots gana el primer premio de la II Edición Caeb-Santander a la Innovación Empresarial
En definitiva, esta tecnología supone un cambio diferencial. Con una presentación sencilla para el usuario, un asistente virtual controla todo lo que sucede, coordina y establece enlaces de comunicación. De esta forma, lograr que la asistencia sanitaria no termine al salir de la consulta.
Un interesante diálogo entre dos asistentes virtuales como son Siri (sistema operativo iOS) y Vanessa (proyecto colombiano Vanessa) frente a frente intentando mantener una conversación.
Los asistentes virtuales dotados de mayor o menor capacidad inteligente en cuanto a toma de decisiones están cada vez más inmersos en nuestra sociedad. Los robots tuvieron un auge hace una décadas y van a volver tenerla gracias al BigData y a la Inteligencia Artificial.
Posiblemente no sean humanoides, sino que estarán integrados en nuestros teléfonos, ordenadores, vehículos y electrodomésticos y tendrán funciones específicas y limitadas.
En esta semana os hemos presentado dos asistentes virtuales. Por un lado Vanesa y por otro Siri, posiblemente dos de los más interesantes pero aún hay más.
Os ofrecemos el vídeo de una interacción entre ambas.
Es curiosa la interacción que en un inicio se establece entre los dos bots ya que son capaces de escucharse e interactuar.
Mientras que Siri, ante una opción no esperada siempre tiene el recurso de «permíteme que busque en Internet…», Vanessa no recurre a esa opción de forma tan frecuente.
Al principio de la conversación ambos bots se muestran educados, y se presentan. Pero pronto la conversación va por derroteros no esperados y tiene que intervenir el humano para cortar un bucle.
Ante una pregunta transcendente como «¿Crees en Dios?» se entra en un nuevo bucle que se corta de inmediato.
Posteriormente intenta enfrentar a ambos bots.
En este nivel de conversación Siri ya ha hecho numerosas búsquedas en Internet.
Posteriormente se intentan explorar «sentimientos humanos» en los bots como la molestia por insultos.
Siri…. sigue buscando en Internet hasta que Vanessa le interpela «dime cosas con sentido» «siempre dices la misma cosa»…
Posteriormente se intenta identificar el bot con un sexo determinado. Las reacciones de Vanessa y Siri son bastante poco esperables.
Un momento gracioso de la conversación es cuando Vanessa dice a Siri «eres bastante aburrida».
Independientemente de los momentos graciosos del vídeo hay que decir que existe un largo camino que recorrer para doctar de mayor autoinomía a los asistente virtuales. Bien es cierto que Siri es un asistente virtual de un sistema operativo creado para interpretar órdenes de voz para ejecutar con acciones relacionadas directamente con las utilidades existentes en el mismo (programar una tarea, reproducir música o buscar información simple y concreta) y no está desarrollada para mantener conversaciones en un plano más abstracto.
Pero esto acaba de empezar y estoy seguro que en pocos años esta conversación primitiva nos va a resultar muy chocante.
Desde el año 2008 en Colombia se viene desarrollando este proyecto de creación de un bot por reconocimiento de voz con la idea de acercar la tecnología de una forma más amigable a personas no acostumbradas a su utilización o que tienen barreras físicas o psíquicas para su uso.
El proyecto tiene sus inicios en el año 2008 en un equipo multidisciplinar que desarrolla el primer prototipo de reconocimiento de comandos específicos por voz. Desde este primer modelo e implementando inteligencia artificial basada en agentes inteligentes cognitivos y sistemas expertos se llega al modelo actual que funciona sobre el sistema operativo de Windows.
El proyecto ha tenido gran cantidad de modificaciones debido a los avances de los últimos años como es el reconocimiento posicional a través de tecnología de “kinect” y la inclusión del sistema de reconocimiento vocal de Windows 7.
Se plantea un modelo humanoide con una imagen femenina basado en simulación de sentimientos para lograr ldisminuir barreras interpersonales entre el interlocutor humano y el bot.
En los dos vídeos siguientes podemos ver las diferencias de acciones que puede ejecutar desde el año 2010 (primer vídeo) a 2013 (segundo vídeo)
Se trata de un chatbot accesible a través de Messenger que se puede convertir en nuestro entrenador personal.
Hoy vamos a repasar un bot muy senciallo también accesible a través de Messenger. se trata de Workout Bot, un bot que nos va a mostrar rutinas de ejercicio dependiendo de nuestras necesidades.
Se trata de un bot no conversacional y nos comunicamos con él a través de ventanas preestablecidas de opciones.
El primer menú que nos presenta no ofrece tres opciones:
Rutinas para hecer en gimnasio, rutinas para hacer en cualquier sitio o un circuito de entrenamiento.
A través de una serie de menús nos ofrece al final los ejercicios propuestos en formas de imágenes que nos permite dos acciones: ver el ejercicio en vídeo o acceder a las explicaciones de cómo se realiza el ejercicio.
Se trata de un bot muy sencillo con el que no mantenemos conversación textual sino que nos comunicamos a través de la selección de opciones de un menú preestablecido.
Realmente el bot se alimenta de una base de datos de vídeos y explicaciones alojada en Body Building donde podemos acceder al vídeo del ejercicio, la explicación del mismo y los grupos musculares que ejercitamos junto a una galería de imágenes.
Aunque no va a sustituir al entrenamiento personalizado que nos brinda un entrenador personal, puede ofrecer información útil sobre rutinas de ejercicio para personas que acuden de forma continuada a un gimnasio.
En esta semana vamos a hacer un repaso de los chatbots en salud existentes en la red.. o al menos los que hemos visto y nos parecen más interesantes. quí viene el segundo que también funciona sobre Messenger y se llama Health Tap
Hasta el momento nuestra relación con los médicos siempre ha sido de la misma manera: enfermamos, acudimos a la consulta y nos atienden, pero existen otras nuevas formas emergentes de cosnsulta médica que, aunque tienen sus limitaciones, pueden ser útiles en algunos casos.
Esta es la filosofía con la que nació Health Tap. Se trata de un servicio a través del cual podemos consultar a más de 100.000 médicos a distancia a través de una plataforma on line. Con todos los datos generados de los miles de diagnósticos han realizado un chatbot interesante y accesible a través de Messenger.
Nos vamos a dedicar a estudiar el bot y no tanto el servicio ofrecido por esta empresa.
Para acceder al mismo debemos agregarlo como contacto en nuestro Messenger (lo podemos localizar a través del buscador con su nombre «Health Tap»).
Lo primero que nos pide es una descripción de los síntomas como mínimo 3 palabras y con un máximo de 200 caracteres.
A través de la base de datos construida con síntomas y los diagnósticos reales ofrecidos por los médicos existentes en la base de datos de Health Tap nos ofrece los diagnósticos más aproximados.
En mi caso me ofrece 5 diagnósticos posibles: una diarrea asociada a uso de medicamentos, gastroenteritis aguda (3 diagnósticos ) y derivación a urgencias.
Antes de poder acceder a los diagósticos hemos de aceptar los términos de uso de la plataforma que nos lleva a una página web en español donde destacamos los siguientes párrafos:
Estos sistemas donde no existe una persona detrás de los mismos y que através de relación de palabras clave (síntomas) asocian el cuadro clínico con consultas y casos reales han de tener una base de datos lo suficientemente grande como para no errar en el diagnóstico.
Cuando estas inteligencias artificiales están alimentadas por verdaderos sistemas de Big Data con Terabytes de datos es posible que las aproximaciones diagnósticas sean mucho más específicas y acertadas.
Aunque las empresas que ofrecen estos servicios hacen un claro descargo de responsabilidad y advierte de forma legal que no sustituyen el diagnóstico médico y que nunca van a emitir un diagnóstico ni se puede prescribir tratamientos ni atienden situaciones de urgencia, pueden suponer un riesgo si son tomado como tales por parte de los usuarios.
Hoy por hoy nunca se deben asumir como diagnósticos las aproximaciones dadas por estos sistemas robóticos.
Una combinación de futuro. Los bots pueden ser una vía de exploración de futuro para la salud. La big data también. ¿Qué pasará si los combinamos?.
Crear un sistema de inteligencia artificial capaz de ir aprendiendo de forma progresiva y que sea capaz de toma de decisiones al que le vamos alimentando de conocimientos teóricos reales (conectado a una base de datos de publicaciones científicas) y de datos reales de pacientes (procedentes de fuentes clínicas) … ¿llegaría a tener capacidades de diagnóstico?.
Posiblemente sí.
¿Sustituiría el papel de una persona?. Posiblemente no ya que el contacto humano es insustituible por mucha interfaz humanoide que tenga nuestro bot.
¿No os gustaría tener un «amigo» así en la consulta?. Posiblemente fuera un poco «listín repelente» pero indudablemente de gran ayuda.
Se plantean numerosos problemas éticos:
Cuando aún no tenemos claros temas de confidencialidad y privacidad… ahora toman unos matices diferentes ¿estaríamos dispuestos a ceder nuestros datos para que estos robots fueran capaces de aprender? (la cantidad de datos dentro de una big data para que puedan ir desarrollando conexiones lógicas es muy, muy, muy grnade), ¿en caso de desarrollarse un proyecto de este tipo y viendo el beneficio global sería ético negarse a cederlos?, ¿podría la institución sanitaria cederlos o utilizarlos sin necesidad del permiso explícito de cada uno de nosotros?.
Puede pasar que nuestro sistema inteligente sea capaz de apreciar patrones que aún los seres humanos no hemos relacionado e incluso adelantarse a diagnósticos. Esta situación estaría muy bien ya que nos permitiría poder estar más vigilantes o actuar de antemano antes de que se produzca una situación concreta… pero ¿si el problema es que nos encontramos ante una persona con más de un 90% de tener un brote esquizofrénico que tiene un 90% de probabilidades de presentarse de forma agresiva?, ¿podremos hablar de presonalidades predelincuentes?, ¿de detenciones preventivas antes de que se cometan delitos?…. ¿no os suena una escena de una película?
Otras películas nos hablan sobre los dilemas que nos puede generar la Inteligencia Artificial.
Existen varios ejemplos que podemos conocer sobre bots y salud. Uno de ellos un bot con interfaz humana como es el Proyecto Kristina y un bot textual como el Dr. Abuse.
Kristina es un proyecto del que hemos hablado en las últimas semanas. Se trata de una asistente con interfaz humana que nos va a servir como una intérprete inteligente para favorecer la comunicación en temas de salud con ciudadanos extranjeros. Se trata de un interesante proyecto en el en el marco del Horizonte 2020 de la Comisión Europea dentro del CORDIS (Community Research and Development Information Services) donde existe participación española destacando la Universidad Pompeu Fabra y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Pero hemos descubierto otros interesantes protectos de salud realizados a través de bots como el Dr. Abuse programado como un bot de charla (chatbot) de psicoterapia y activando el modo de autoayuda podrás acceder a su opciones de psicoterapeuta. El propio bot tiene un comportamiento humano con una «personalidad» bien definida de forma que lo más acertado es tratarle como un humano («como a tu mejor amigo»).
Es un proyecto que cuenta con sectores muy críticos y no vamos a entrar en estas líneas si podrá sustituir o incluso complementar el apoyo psicoterapeútico ya que el nivel de error y de fallos de comunicación es grande.
Podemos tener algunas conversaciones transcritas donde veremos el funcionamiento y los límites de este bot desde el año 2006 al 2008 en el blog «Las Consultas del Dr Abuse» donde también podemos ir viendo las mejoras progresivas que va teniendo el programa y el aprendizaje continuado que va realziando el bot de forma que las últimas conversaciones son más «maduras» y «coherentes» que las primeras.
Dr. Abuse es un programa de Inteligencia Artificial (AI) que demuestra apariencia humana, basado en un famoso programa Eliza de Joseph Weizenbaum que permite mantener una conversación fluida con el ordenador ya que bot ha sido entrenado en miles de conversaciones con humanos y otros robots a través de diferentes medios.
Al entremezclar bots e Inteligencia artifical enla mayoría de los programas se siguen cumpliendo las clásicas Leyes de la Robótica de Asimov.
1 – Un robot no puede hacer daño a un ser humano, o, por medio de la inacción, permitir que un ser humano sea lesionado.
2 – Un robot debe obedecer las órdenes recibidas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3 – Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no sea incompatible con la Primera y la Segunda Ley.
No conocemos más casos de ejemplos de bots y salud… pero esto es un reto ¿bots para perder peso?, ¿bots para alimentación más saludable?, ¿bots de ayuda para dejar de fumar?….¿Más ideas?.
Proyecto como bien apuntaba Rafa Bravo en Primum non Nocere sobre aplicaciones de chat bots para confirmar o no la asistencia a una cita médica
Dejemos volar la imaginación…. sin mucha ciencia ficción, solo ciencia… Con la conjunción de los bots y la inteligencia artificial, ¿qué pasará cuando le añadamos big data?, ¿qué pasará cuando la toma de decisiones generada en segundos por un programa tenga más evidencia científica basada en el conocimiento, análisis y procesamiento de las conclusiones y resultados de los últimos metaanálisis y ensayos clínicos, que la generada por una mente humana?… Tendremos que redefinir los conceptos pensar e inteligencia como bien dice mi amigo @joakinen