¿Qué es Whatsapp Business?. Aplicaciones en salud


A principios de este año la aplicación de mensajería Whatsapp tiene una hermana, la denominada Whatsapp Business que se orienta a establecer comunicaciones entre un emisor y un grupo receptor (algo así como un grupo) pero donde el grupo está formado por desconocidos y no se pueden acceder a los datos personales de cada uno de ellos. Así las empresas y negocios pueden interactuar con sus clientes utilizando herramientas para automatizar, organizar y responder rápidamente a mensajes.

 

Posiblemente Whatsapp sea hoy en día un estándar en aplicaciones de mensajería. Los neologismos «whatsappear» (o «guasapear») ya se han abierto un hueco en nuestro vocabulario y su posiblemente haya sido la aplicación más transversal en su uso por edades de usuario.

Hoy en día sigue estando entre las más descargadas en las plataformas de descarga de todos los sistemas operativos móviles y sirve para tener una comunicación más impersonal (pero menos intrusiva) que una llamada de teléfono.

La aplicación ha mejorado ofreciendo nuevas utilidades (posibilidad de formar grupos), mejorando su seguridad con el cifrado punto a punto o con el doble clic de verificación de recepción y lectura del mensaje. También incorporó la posibilidad de mandar archivos o hacer videollamadas.

Entre los inconvenientes de la aplicación está que nuestro número de teléfono es el vínculo de agregación en grupos y es necesario que la persona que nos agregue tenga nuestro teléfono que es visible para el resto de integrantes del grupo. Esto no ocurre con otras aplicaciones de mensajería que funcionan de forma independiente como Telegram o relacionadas con redes sociales como Messenger.

Whatsapp Business nace con la idea de comunicación personalizada entre una empresa y clientes donde podemos mantener una conversación con ellos y disponer de una serie de utilidades prefijadas como mensajes de bienvenida, mensajes de agradecimiento o mensajes de «fuera de la oficina» que nos permiten informar de situaciones concretas. Se ha creado como una herramienta de promoción de ofertas, servicios o noticias relacionadas con la empresa que automatiza alguna de las tareas y además permite una serie de estadísticas útiles para el titular del grupo.

Nos ofrece la posibilidad de geolocalizar nuestro negocio, informar sobre el horario comercial, interactuar con nuestro clientes en periodos de ausencia de comunicación o automatizar algunas respuestas básicas.

Uno de los inconvenientes es que no se puede tener funcionantes Whatsapp y Whatsapp Business en un mismo terminal por lo que se deberá tener un smartphone personal y otro «de empresa» para tenerlo funcionando aunque hay algunos trucos para tener varias cuentas en un mismo terminal.

Pero ¿qué aplicaciones puede tener en salud?. La posibilidad de predeterminar mensajes (aún mejorable en Whatsapp Business) abre la entrada a la configuración de bots conversacionales básicos sobre sistemas expertos que pueden dar información  útil en entornos sanitarios.

  • Ubicaciones: Se podría localizar u ofrecer información sobre localización de diferentes servicios dentro de un hospital o recursos de un área sanitaria.
  • Horarios: No todos los servicios u horarios son iguales. Se podría ofrecer esta información.
  • Tipo de servicios: Donde acudir para realizar un trámite determinado.
  • Servicios comunitarios: Acceso a servicios sociales o sanitarios de la comunidad.

De esta forma se podría realizar de manera relativamente sencilla un «mapa» con gran información de los servicios en un municipio.

¿Información de salud?. Personalmente no creo que la confidencialidad de los datos de salud deba ser registrada en una plataforma de un empresa privada. Yo no lo haría (ni dar información mía, y mucho menos de un paciente, aunque sea a él mismo, a través de una plataforma que no creo sea la adecuada para este menester (por mucho cifrado punto a punto).

Sí es cierto que datos públicos que pueden ser de gran utilidad para los pacientes relacionados con la estrutura del sistema saitario (a veces extremadamente complejo incluso para quienes trabajamos en él) puedan ser difundidos y accesibles a través de una herramienta cotidiana, de uso sencillo y muy generalizado en la población.

Servicios gratuitos en Internet


Nos hemos acostumbrado a recibir servicios gratuitos en la red. No pagamos por utilidades cotidianas en nuestro día a día como nuestro correo electrónico, servicio de búsqueda en la web, gestión de archivos, almacenaje…. Pero ya hemos dicho en numerosas ocasiones que no hay nada gratis en la red.

gratis

 

Con la aparición de nuevos servicios más allá de los existentes vía web (aplicaciones para terminales móviles, chatbots) aparece de nuevo este dilema. ¿Somos capaces de pagar por se servicios que creamos importantes?.

Si hago una crítica personal, la mayoría de aplicaciones que tengo en mi teléfono son gratuitas y me ofrecen servicios muy interesantes… ¿se´ría capaz de pagar por la descarga o por el uso de servicios?.

Esta misma pregunta se la realizan quienes lanzan al mercado aplicaciones y existen diferentes puntos a tener en cuenta.

  1. Costumbre del «todo gratis» digital. Aunque el «todo gratis» ha ido cambiando. Un ejemplo ha sido el cambio de los hábitos de consumo de productos audiovisuales. La mayoría de las ocasiones no buscamos la posesión de un soporte físico (excepto para algunos fanes que puedan buscar un vinilo o una película y deseen su posesión) sino que buscamos el poder usar un servicio, ver una película o serie o escuchar una canción determinada. Actualmente disponemos de múltiples plataformas de productos audiovisuales que por un precio razonable nos permiten el disfrute del servicio multiplataforma.
    No solamente ha cambiado el sector audiovisual. Las publicaciones científicas han cambiado su modelo de negocio repercutiendo el gasto de edición en quienes generan contenidos (a cambio de visibilidad y presencia) y no en el consumidor / lector de los artículos. El sector automovilístico está en este proceso de forma que numerosas plataformas de alquiler por uso de vehículos (motos o automóviles) pueden llegar a desplazar el modelo de negocio donde no va a primar la posesión sobre el uso.
    De esta manera nos estamos acostumbrando a pagar por servicio.
  2. Existencia de aplicaciones o servicios similares que puedan tener una versión gratuita… con lo que los clientes se decantarán por «lo gratis».

Los servicios gratuitos nos tienen vigilados. Somos su mercancía (a través de los datos que generamos) y no sus clientes. Todos estos datos que hacen referencia a nuestros gustos, aficiones, hábitos de vida, rutinas… ahora pueden ser estudiados de manera poblacional a través del BigData y generan datos que reflejan tendencias en todos los ámbitos y que son vendidos a empresas de cada uno de los sectores para que conozcan a su público potencial.

Además, estamos sectorizados y de esta manera nos bombardean con publicidad dirigida (que personalmente prefiero a la publicidad global de medios) utilizando argumentos y medios muy mejorados ya que conocen nuestro grafo social y ante la pregunta «¿sabes que nuevo libro ha comprado tu amigo fulanito en tal tienda virtual?» no podemos resistirnos en hacer un clic (y a veces hasta picamos).

Lo último fue hace unos años que podíamos subir sin límite de espacio cuantas imágenes quisiéramos en almacenes virtuales… y a los pocos meses estaba comercializado el software de reconocimietno facial muy mejorado (aunque a veces falle) a partir de entrenamiento con millones y millones de puntos faciales que nos identifican como personas. ¿casualidad?.

Pero volvamos al tema de la monetización de servicios o aplicaciones. Para ello hay que conocer bien al público usuario de la aplicación y al entorno respecto a nuestros servicios.

  1. Público diana: ¿que sistema operativo utiliza en su mayoría?, ¿pertenece a una profesión determinada?, ¿servicio de ocio o profesional?.
  2. Entorno: ¿Existen aplicaciones similares?, ¿cual es su modelo de negocio?, ¿ha tenido éxito?.

Existen tres maneras de generar dinero en aplicaciones gratuítas:

  1. A través de comercializar los datos que los usuarios van generando. Por ejemplo las aplicaciones de entrenamiento generan gran cantidad de datos sobre rutinas de ejercicio físico que son muy apreciadas por empresas del sector deportivo.
  2. Por publicidad directa. Muy molesta para el usuario (pero si el servicio merece la pena, somos capaces de soportarla de forma cómoda siempre que no interfiera demasiado). La tarificación de los servicios de publicidad está en función del número de descargas que tenga la aplicación, su uso, tipo de cliente que la utiliza y el número de clics en los banners. El problema que existe al contratar este tipo de publicidad es que estos datos han de estar cuantificados (la aplicación o servicio ha de estar en activo) para poder hacer una estimación de los ingresos que se pueden obtener por esta vía.
  3. Por la posibilidad de compras dentro de la aplicación.

Esta modalidad es cada vez más utilizada. Existen varios tipo de «compras» dentro de las aplicaciones: consumible, no consumible, suscripciones no renovables o suscripciones de renovación automática.

  1. Consumibles: El usuario compra con dinero real a través de la plataforma una serie de privilegios para debloquear opciones o servicios que se encuentran bloquedos en la aplicación gratuita.
  2. No consumibles: El usuario paga por un servicio más personalizado (por ejemplo la supresión de publicidad).
  3. Suscripciones no renovables: Periodo de prueba y pago único por el uso indefinido de la aplicación o de esa versión.
  4. Suscripciones renovables: Se paga una tarifa por tiempo (mensual, trimestral, semestral o anual).

El problema en el que estamos es que muchas ideas de aplicaciones o servicios no se ejecutan porque no está claro qué modelo de negocio pueden tener o cómo van a comportarse en el mercado digital. Para hacer y mantener actualizada una aplicación o servicio se necesita invertir mucho tiempo y dinero. Por eso cada vez que descarguemos una aplicación tenemos que pensar cuantas personas y cuantos puestos de trabajo están por detrás de ellas.

 

Apps de salud y mayores: ¿un reto pendiente?


Las aplicaciones para terminales móviles se han convertido en una herramienta sanitaria. Muchos profesionales sanitarios las utilizamos de forma cotidiana y las recomendamos a algunos pacientes. En nuestro medio la mayoría de la población a la que atendemos dispone de un teléfono inteligente y las podríamos recomendar, pero ¿qué pasa con nuestros mayores?, ¿presuponemos acaso que no las van a saber utilizar?, ¿estánn diseñadas para este grupo de población que además tiene una mayor incidencia de procesos crónicos?

 

A finales de enero se ha publicado el interesante artículo Prevalence of Health App Use Among Older Adults in Germany: National Survey en la revista mHealth JMIR.

El objetivo de este estudio fue investigar la prevalencia del uso de aplicaciones sanitarias y los factores demográficos relacionados, así como el estado de salud entre los adultos mayores en Alemania a través de una encuesta autoadministrada que remitían a los sujetos a través de correo postal.

La encuesta era larga (duración de cumplimentación de unos 45 minutos) en la que se exploraban diferentes aspectos de los participantes como: caracterización de los participantes, medida de la afabetización informática, medida del estado de salud, investigación del uso de aplicaciones generales y medida de la aceptación de aplicaciones en salud.

El trabajo de campo se realizó en verano de 2016 y se enviaron 5000 encuestas en correo postal a adultos residentes en Alemania mayores de 60 años. Se descartó el uso de una encuesta a través de Internet para evitar un sesgo de participación de usuarios más avanzados en el uso de herramientas digitales.

De las 5000 encuestas remitidas solo contestaron 576 sujetos (tasa de participación 11,56%) aunque se desconoce el número total de personas que contestaron parcial o totalmente la encuesta y no la remitieron.

La edad promedio fue 69,17 años . De los 576 participantes, 280 (48.7%) eran mujeres. Un total de 286 de 576 participantes (49.6%) usan un teléfono inteligente y 132 de estos 286 usuarios de teléfonos inteligentes (46.2%) también usan una tableta. Solo 33 de los 576 participantes (5.7%) usan una tableta sin un teléfono inteligente adicional.

Según la afirmación de los participantes con respecto al uso general o de la aplicación, se dividieron en tres grupos de usuarios: usuarios de aplicaciones de salud (n = 95), usuarios de aplicaciones generales (n = 216) y no usuarios de aplicaciones (n = 265).

Los usuarios de los tres grupos informaron al menos una enfermedad crónica por participante sin encontrarse diferencias significativas entre los tres grupos respecto a esta variable. Todos los grupos mencionaron la hipertensión con mayor frecuencia. El dolor de espalda, la artrosis y la diabetes también se mencionaron con frecuencia como enfermedades crónicas dentro de los tres grupos.

Respecto al número de aplicaciones generales instaladas en sus teléfonos. Los dos grupos (usuarios de aplicaciones de salud y usuarios de aplicaciones generales) tiene instaladas «hasta diez» aplicaciones tanto para usuarios de aplicaciones de salud (37%, 35/95) como para usuarios de aplicaciones generales (60%, 129/216).

Además, se preguntó a los participantes con qué frecuencia usan aplicaciones generales. La respuesta más frecuente dentro del grupo de usuarios de aplicaciones de salud fue «diaria» (73%, 69/95), la misma que para el grupo de usuarios de aplicaciones generales (49%, 106/216).

En relación con la aceptación de las aplicaciones de salud la razón más frecuentemente mencionada para el rechazo de las mismas en ambos grupos es la falta de confianza, seguida de preocupaciones sobre la privacidad de los datos y el temor a un diagnóstico erróneo.

Se han realizado estudios similares con diferentes tramos de edad poblacional sobre todo en Estados Unidos y en Hong Kong con diferentes resultados en cuanto al uso de aplicaciones en personas de edad más avanzada. En los Estados Unidos, el 19% de los propietarios de teléfonos inteligentes ya habían utilizado al menos una aplicación de salud en 2012 [ 1]. Sin embargo, el estudio no midió el nivel de uso entre los adultos mayores dentro de la muestra. Un estudio más reciente reveló una tasa de uso en 2015 de más del 50% en una muestra de adultos jóvenes y mayores en los Estados Unidos [2]. Un estudio diferente en Hong Kong identificó una tasa de uso de alrededor del 20% entre esta población en 2016 [3]. Las aplicaciones de salud mencionadas con más frecuencia en todos estos estudios estuvieron relacionadas con el ejercicio. Sin embargo, queda la pregunta de si los adultos mayores están dispuestos a integrar estos productos de cuidado de la salud basados ​​en la tecnología de la comunicación en sus vidas cotidianas. Para ellos, esto significa que tendrían que adaptarse a la nueva tecnología, especialmente porque son «inmigrantes digitales» que podrían no interactuar con teléfonos inteligentes y productos relacionados [4].

Aunque los estudios se han realizado con aplicaciones para teléfonos inteligentes (apps) no hay que olvidar que la tecnología va en desarrollo y que se están desarrollando otras herramientas de comunicción con aplicación sanitaria como los chatbots que pueden tener en un futuro próximo gran relevancia en el mantenimiento de la salud. Es cierto que estas herramientas son similares a sistemas de conversación que posiblemente sean más habitualmente usados por personas mayores ( tipo whatsapp o similares). Tampoco hay que olvidar otras herramientas con un presente y futuro significativo como pueden ser los wearables aunque el funcionamiento de ellas es más transparente para el usuario.

Nos parece muy interesante este artículo y otros referidos en la bibliografía, por la importancia concedida a los mayores (con más prevalencia de enferemedades crónicas) y su relación con la tecnología.

Queda al final la pregunta… ¿estamos considerando esta variable (edad) en cuanto a la facilidad de uso de herramientas digitales?

 

  1.  Fox S, Duggan M. Pewinternet. 2012. Mobile health 2012
  2. Krebs P, Duncan DT. Health app use among US mobile phone owners: a national survey. JMIR Mhealth Uhealth 2015;3(4):e101
  3. Shen C, Wang MP, Chu JT, Wan A, Viswanath K, Chan SS, et al. Health app possession among smartphone or tablet owners in Hong Kong: population-based survey. JMIR Mhealth Uhealth 2017 Jun 05;5(6):e77
  4. Prensky M. Digital Natives, Digital Immigrants Part 1. On the Horizon 2001 Sep;9(5):1-6.

 

Geolocalización: privacidad o salvación


Hace poco Whatsapp introducía una nueva actualización en su software y era el poder dar la localización en directo de los usuarios. Esta nueva aplicación de Whatsapp se activa únicamente si el usuario que quiere darse por localizado la activa, manteniéndose así la “privacidad” del mismo.

La geolocalización, el estar localizados permanentemente, es una aplicación de los nuevos dispositivos que lleva tiempo funcionando, pero siempre con mucha polémica, sobre todo en el ámbito de la privacidad. ¿Por qué mi iPhone debe saber dónde me encuentro de forma continua? Es cierto que gracias a este seguimiento permanente, mi teléfono me sugiere que abra apps o me permite ir de un lado a otro. Pero el problema es la cantidad de datos que se generan de acuerdo a mi seguimiento. ¿Quién los ve? ¿Las personas que los ven me conocen? ¿Y qué pueden hacer con ellos?

La geolocalización continua tiene múltiples aplicaciones, y no todas tienen por qué ser perjudiciales. El que tu teléfono sepa exactamente dónde estás no solo sirve para sugerirte a qué restaurantes puedes ir o cómo ir a un lugar al que no sabes llegar. Sirve también, y es la principal aplicación sanitaria, para eso mismo, para localizarte. Si sufres un accidente de tráfico o te encuentras mal, simplemente para pedir ayuda tu teléfono mandará tu posición a la persona que puede ayudarte. En ciertas situaciones, como accidentes de coche en carreteras secundarias o accidentes de alpinismo, es decir, situaciones donde el acceso de los equipos de emergencia sea difícil, esta localización permanente es vital para poder encontrar a las personas que necesitan ayuda.

Otra de las aplicaciones de la geolocalización es el uso de apps de deportes. Mucha de las apps para medir la actividad física necesitan localizar tu posición para poder medir la distancia realizada, el tiempo… es decir, para hacer una valoración de tu rendimiento físico. ¡Y aquí pocas veces denegamos que la aplicación nos localice!

La privacidad es un tema en continuo debate en la ehealth. La generación de datos y el uso de sistemas que permitan el análisis de éstos hacen que nos sintamos expuestos. Pero no todo son inconvenientes en este aspecto. La geolocalización puede servir para ver nuestro rendimiento deportivo y, quien sabe, puede que algún día nos salve la vida.

 

Máster en Salud Digital @salusplay


Salusplay

Os presentamos una nueva edición del Máster en Salud Digital con título propio de la Universidad Europea Miguel de Cervantes que podéis realizar de forma no presencial y que estamos seguros complementará la formación en eSalud de manera importante.

Un máster en el que tengo el orgullo de compartir responsabilidad con Chema Cepeda (@ChemaCepeda), Ignacio González  (@igonzalezh) y Raúl Ferrer (@_RaulFerrer) que está organizado por SalusPlay (@salusplay) con un bagaje de más de 400 cursos impartidos y más de 21.000 alumnos formados colaborando con 30 instituciones sanitarias.

El Máster de Salud Digital está dirigido a profesionales sanitarios (enfermería, medicina, fisioterapia, podología, odontología, psicología…) que quieran iniciarse o ampliar conocimientos en este aspecto de la salud por el momento abandonado en la mayoría de las formaciones de grado de las especilidades sanitarias en nuestro país.

Llama la atención cómo un tema de tanta importancia en el presente y proyección de futuro está ausente en la formación de grado de los sanitarios actuales y por ello se necesitan formaciones postgrado para compensar esta ausencia.

Una formación de calidad como la que nos ofrece SalusPlay con los siguientes objetivos:

  1. Conocer los principales Recursos Digitales y su influencia en los profesionales e instituciones sanitarias.
  2. Manejar nuevos medios digitales que facilitan la Comunicación entre profesionales sanitarios y pacientes.
  3. Capacitar en el manejo de recursos digitales orientados a la Creación y Difusión de información sanitaria.
  4. Diseñar y poner en práctica de una estrategia de Identidad Digital orientada a profesionales sanitarios.
  5. Diseño y puesta en práctica de una estrategia de Identidad Digital orientada a profesionales sanitarios.
  6. Diseño y puesta en práctica de una estrategia de Identidad Digital orientada a profesionales sanitarios.

Un máster con 8 módulos y un total de 40 temas con una metodología totalmente on line accediendo a nuevas herramientas docentes como la posibilidad de seguir lo contenidos a través de podcast, vídeos en HD o aplicación de técnicas de gamificación.

Existe una triple evaluación:

  1. Autoevaluación de cada uno de los temas a través de Serious Games.
  2. Tareas innovadoras al final de cada tema o módulo.
  3. Trabajo de Fin de Máster.

Además con este máster obtrendrás una triple acreditación:

  1. Título Propio de la Universidad Miguel de Cervantes con 60 créditos ECTS (1500 horas de formación).
  2. Un diploma de formación continuada con créditos CFC por cada uno de los módulos. Un total de 8 Diplomas de Formación Continuada con una acreditación de más de 23 créditos CFC.
  3. Autoría de un capítulo de libro donde se recogen todos los TFM aprobados.

Se ofrecen dos modalidades:

  1. Modalidad intensiva: 4 meses iniciando el 30 de octubre de 2017.
  2. Modalidad anual : 8 meses iniciando el 30 de octubre de 2017.

La formación no es un gasto, es una inversión de presente y futuro muy importante, ¿por qué no te regalas un máster este verano?. Inscríbete y participa con nosotros en esta aventura digital.

Cuando la cabeza no da para más


Domingo de guardia. Entras a trabajar a las 9 de la mañana, fresco, descansado, con la cabeza bien despejada y las pilas bien cargadas para afrontar un día duro e intenso que se presupone que son las guardias. Veinticuatro horas encerrados en la urgencia, con un único propósito: atender bien y de la forma más rápida posible. Pasan las horas. Son las dos de la tarde, llevas cinco horas trabajando duro; el momento ideal para comer. Descansa comes, estiras las piernas; pilas otra vez semicargadas. Vuelves a trabajar cinco o seis horas más. Hora de la cena; tu cabeza te empieza a avisar del cansancio. Tomás café , cenas y te relajas; y vuelves a bajar. La siguiente vez que paras son las tres de la mañana y, por no saber, no sabes ni cómo te llamas ni cómo se llama tu paciente que está delante de tí. 

No vamos a hablar de los turnos de guardia de veinticuatro horas si son abusivos o podrían mejorarse. Vamos a hablar de cómo mejorar el rendimiento en situaciones tan extremas, cuando la cabeza no da para más. 

La urgencia o la UVI pueden ser los sitios más peligroso de todo el hospital. Tienes que tomar decisiones adecuadas en pocos segundos. Al principio no está mal, tienes la cabeza fresca y las ideas claras. Pero los turnos tan largos provocan que tomes malas decisiones por cansancio. Obviando la administración de café intravenoso en perfusión, debemos de buscar soluciones que nos obliguen a tomar las decisiones más adecuadas. Una de ellas puede ser el uso de recursos bibliográficos en internet; otra, para mí más cómoda por su rapidez, es el uso de apps. 

Este uso de recursos electrónicos no tiene que ser visto como falta de conocimiento por parte del profesional sanitario, sino como un material de ayuda y soporte. Y sobre todo de seguridad. Los errores de dosificación o de pauta son uno de los errores más frecuentes que cometemos en la urgencia, más incluso que el saber prescribir un fármaco adecuadamente. ¿y si lo corrigiéramos con apps o recursos electrónicos que nos ayuden?

Las nuevas tecnologías impregnarán dentro de poco todos los ámbitos de la sanidad, desde nuestra consulta hasta la urgencia, sin olvidarnos de la planta o la asistencia extrahospitalaria. 

#Artefactados: Nomie Pro, controlando nuestros hábitos


Disponer del conocimiento exacto sobre una costumbre o un hábito del paciente puede ser muy relevante para la práctica médica.

En ocasiones hay que cuantificar con exactitud la exposición del paciente a determinados factores que forman parte de su vida diaria para conocer lo mejor posible un determinado caso.

En otras ocasiones, si el médico prescribe una determinada pauta de actuaciones orientadas a la mejora de las condiciones del paciente (medidas higiénicas, ejercicios u horas de sueño, por ejemplo), sería interesante disponer de un sistema para verificar este cumplimiento y ver que el paciente se está responsabilizando de ello. Sigue leyendo #Artefactados: Nomie Pro, controlando nuestros hábitos

#Artefactados: Your.MD, chatbot en salud


Asistente digital de salud para los pacientes.

El ejercicio clínico se basa en la valoración de síntomas y signos que le permiten al médico, a través de su conocimiento y experiencia, establecer un diagnóstico o valorar la situación de un paciente.

De manera habitual ya se utilizan sistemas técnicos cuyos patrones permiten acotar los niveles de incertidumbre: calculadoras científicas, protocolos clínicos, etc., que simplifican la complejidad inherente a un caso.

Uno de estos sistemas de ayuda diagnóstica automatizada es el Big Data en Salud, el cual está basado en el tratamiento previo de ingentes cantidades de información clínica. Es una de las formas en que los ordenadores ayudan al médico cotejando sus modelos basados en algoritmos con el conocimiento profesional basado en la formación y la experiencia. Un ejemplo de estos sistemas es el del ordenador de IBM: Watson, el cual proporciona diagnósticos clínicos previa valoración de millones de antecedentes. Sigue leyendo #Artefactados: Your.MD, chatbot en salud

#Artefactados: Read by QxMD, la mejora en la gestión de artículos científicos


Artículos científicos a la carta

appDenominada como el Flipboard de los artículos científicos, Read by QxMD está creada con la finalidad de facilitar el acceso a artículos científicos y mejorar su lectura, archivo y organización.

Esta app posee un sistema integrado para mantenerse al día en investigación médica y científica, facilitando la lectura de reseñas y ofreciendo  la oportunidad de realizar búsquedas en PubMed.

Tiene una interfaz sencilla que facilita la selección, disponibilidad y el acceso a la bibliografía, al presentarla como si se tratara de un diario digital personalizable. Pero, además, también destaca por las posibilidades funcionales que ofrece, todas ellas orientadas a hacer del acceso a la bibliografía una labor sencilla y práctica, adaptada a cada usuario y mejorando la manera en la que los artículos pueden leerse y guardarse.

Read by QxMD requiere un registro previo en el que hay que facilitar determinada información que orientará el acceso a los artículos tratando de definir lo mejor posible el perfil del usuario, de manera que se le puedan ofrecer de forma más personalizada publicaciones y artículos:

  • Profesión, dentro de un listado relacionado con las ciencias de la salud.
  • Especialidad.
  • País en el que se ejerce profesionalmente
  • Preferencias temáticas.
  • Palabras claves que definen nuestras áreas de interés.
  • Colecciones a las que queremos acceder.
  • Revistas cuyos artículos queremos que sean mostrados.
  • Nombre.
  • Email.

Este mismo registro le servirá también para acceder al sistema mediante la página web.

articulo

Read by QxMD utiliza una serie de numerosas fuentes mayoritariamente gratuitas, muchas de ellas pertenecientes a diversas universidades de Estados Unidos y Canadá.

La aplicación permite el acceso a una extensa colección de revistas científicas. No se ofrecen accesos gratuitos a los textos completos en los casos en los que estos no estén así establecidos inicialmente por sus editores. Por tanto, para incorporar una revista de pago al sistema de lectura de Read by QxMD hace falta activar la suscripción correspondiente (personal o institucional) en la propia app.

La sencillez de uso de la aplicación se percibe inicialmente en el modo en el que son mostrados los artículos, con titulares resaltados y conformando un panel de lectura vertical muy apropiado para los dispositivos móviles. La interfaz es especialmente atractiva cuando se utiliza en tablets, donde la lectura se hace cómoda y ágil.

Se pueden obtener copias en .pdf de los textos con solo pulsar un icono, o disponer del formato editable. Y es posible compartir los artículos en redes sociales, o enviarlos por email a colegas.

El usuario puede configurar un sistema de archivo y organización de sus artículos, más allá de la mera posibilidad de marcar como favorito cualquiera de ellos. Se pueden agrupar en carpetas, que a su vez pueden compartirse con otros usuarios, lo que en sentido inverso facilita la selección basándose en las preferencias de determinados líderes de opinión en las diferentes materias.

Por otra parte, el usuario puede realizar, a través del menú lateral, búsquedas libres, seleccionar sus publicaciones de referencia o gestionar suscripciones.

La aplicación está en inglés, acorde con el idioma en el que se publican la mayoría de los artículos. Disponible tanto en App Store como en Google Play

 

Cuidando al e-cuidador


Siempre que hablamos de nuevas apps en salud pensamos en apps dirigidas a pacientes, a personas enfermas que buscan en estas aplicaciones un apoyo o simplemente un diario de a bordo, recogiendo datos o impresiones de su enfermedad que ayuden a ver la evolución de la enfermedad o que sirvan para que otras personas con la misma enfermedad tengan unos datos de «referencia».

Sin embargo las enfermedades que asolan nuestra sociedad son, en su mayoría, enfermedades crónicas. Y es más, provocan que otras personas cuiden de los enfermos. El papel de los cuidadores en algunas de estas enfermedades es básico. Y en ocasiones quien está más enfermo, quien necesita más ayuda es esta persona, más incluso que dl propio paciente. ¿Por qué no le damos soporte digital a estas personas, a estos cuidadores?

Es cierto que podrían utilizar las apps dirigidas para las enfermedades. Por ejemplo, en vez de que el paciente sea el que utilice la app para la recogida de datos, sea el propio cuidador. Pero volvemos a caer en la trampa; el cuidador sigue cuidando del paciente, incluso en la propia app. Mi propuesta es que, en aplicaciones médicas para enfermedades, haya un subapartado para observar la evolución del cuidador. Existen muchos cuestionarios que pretenden medir, o intentan hacerlo, la sobrecarga de estas personas. Por qué no incluirlos en estas apps? Sería tan sencillo…

Las apps en salud tienen la utilidad de informar y ser una fuente de datos para las distintas enfermedades médicas. Pero muchas veces no hacemos una valoración global de lo que es estar enfermo y de los distintos factores, tanto sociales como económicos -¿por qué no?- que implican ser un paciente crónico. Y por tanto, las apps en salud deben tener esa valoración.