El futuro de las Apps sanitarias

La semana pasada leí en el blog Noticias de Salud de Francisco Acedo la entrada titulada «El sector de las Apps sanitarias crecerá un 800%» del cual extraigo su primer párrafo.

«Las aplicaciones móviles para mejorar la salud y el bienestar se han convertido en una tendencia en auge, que ha experimentado un crecimiento exponencial en el último año. De acuerdo con las previsiones actuales, se espera que el sector avance un 800 por ciento hasta 2013 y que en 2015 las aplicaciones médicas para dispositivos móviles sean utilizadas por 500 millones de personas en todo el mundo.»

Es cierto que las Apps están despegando con mucha fuerza gracias a los dispositivos móviles y que por ello necesitamos aplicaciones nativas pequeñas, a las que podamos acceder de forma directa y rápida y que puedan extraer la máxima potencialidad de los elementos sobre los que funcionan (teléfono y tableta como los más utilizados en el mometo actual).

Dentro del mercado actual hay aplicaciones muy buenas y útiles que intentamos poco a poco ir desgranando en nuestra sección de Apps, mientras que otras dejan mucho que desear . En este momento de despegue se encuentran todas mezcladas en la mayoría de plataformas virtuales para su descarga y hay que invertir un buen rato en descubrir herramientas útiles para pacientes y profesionales en sus múltiples páginas.

En este momento creo que los profesionales sanitarios debemos ser activos en este despliegue tecnológico:

  1. Por un lado somos conocedores de las necesidades tanto del sistema sanitario como de los pacientes.
  2. Somos quienes ofrecemos consejos de salud en la consulta real ¿por qué deberíamos alejarnos del mismo papel en una consulta no presencial?.
  3. Somos receptores y usuarios de muchas herramientas que se están diseñando para su aplicación en la consulta. ¿Estamos involucrándonos en su concepción?¿Dejaremos que otros determinen nuestras necesidades?.

Esta intervención no debe ser aislada y descoordinada, sino que debería existir un regulador a nivel estatal que por un lado evaluara la calidad de las aplicaciones comercializadas y por otro lado que dejara participar a los profesionales sanitarios de forma activa. ¿sería tan complicada la creación de una agencia evaluadora o similar para estos menesteres?, ¿aprenderemos del NHS?

La programación de estas herramientas es compleja y no estoy diciendo que tengamos que ser nosotros quienes tengamos que hacerla, pero sí debemos tener un papel activo como supervisores de los contenidos y consejos para el paciente y como receptores de servicios de aplicaciones que estén diseñadas para la consulta.

Debe ser el momento de asumir una actitud constructiva y abrir aún más el concepto de «multidisciplinariedad» de equipos de trabajo donde a partir de ahora tendremos que aprender a hablar de manera mucho más fluida con informáticos e ingenieros.

9 comentarios en «El futuro de las Apps sanitarias»

  1. Totalmente de acuerdo.
    Si como profesionales exigimos ciertas garantías, ya sea cuando leemos un artículo científico (revisión por pares y una buena metodología, variables resultado analizadas, etc), una Guía de Práctica Clínica (mejor basada en metaanálisis y ensayos clínicos controlados que en opinión de expertos), o cualquier otra fuente que pueda condicionar nuestra práctica clínica,… ¿qué debemos exigir a las APPS? ¿alguién las valida, o debe ser el propio usuario «experto» el que determinará el rigor de su contenido?
    Estemos atentos, estas pueden ser herramientas muy útiles, pero también muy perversas y quizás debamos sentar ciertas bases metodológicas y de calidad. Anímo a trasladar estas necesidades que percibimos, ya sea a través de nuestras sociedades científicas, o como buenamente podamos. Adelantémonos al mercado de las APPS.

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    1. Estoy de acuerdo.
      Creo que en cada sociedad cientìfica deberìa de existir un comite de usuarios expertos y de asesores para revisar las apps y recomendarlas en las revistas de divulgacion o por redes sociales.
      Tal vez un comite por cada Sociedad cientifica sea mucho. Pero si se podrìa hacerlo en conjunto entre varias sociedades.

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  2. El problema de las Apps radica en que muchas veces no se llega a plasmar el objetivo de la herramienta debido a una falta de entendimiento entre el diseñador y el programador.
    Una Apps debe ser logica e intuitiva.
    Recuerdo una aplicación para gestionar turnos, donde los informes aparecen a los 10 minutos y donde es imposible visualizar con un simple pantallazo el turno de una plantilla.

    Posiblemente los diseñadores nunca antes han diseñado una página en excel, por tanto no han sabido transmitir algo que antes no han experimentado.

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    1. Gracias por la aportación José Miguel.
      Creo que además del entendimiento entre el programador y el diseñador (común en todos los programas informáticos para tener un buen equilibrio entre usabilidad, vistosidad y funcionalidad) es necesario unos buenos contenidos en algunas de ellas. Hay veces que una aplicación es solamente una herramienta pero en otras ocasiones, cuando es necesario unos contenidos científicos o técnicos, éstos deben estar muy bien elaborados.
      Corremos el riesgo que, con el potencial gran impacto de todos estos productos, unos malos contenidos se difundan de forma rápida y con alta penetración de forma que el daño que se puede realizar es alto.
      Creo que hay un trípode importante entre el programador, el diseñador y el elaborador de contenidos y todos tendremos que empezar a utilizar el mismo idioma ( o al menos muy parecido).
      Gracias y un saludo

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  3. El asunto es que estamos empezando a pensar en solucionar el tema de las aplicaciones de salud y ya se está preparando una avalancha de dispositivos médicos, aparatillos y complementos para smartphones (gadgets) destinados a la salud, entre los que nos vamos a encontrar también falta de rigor en muchas ocasiones… y posiblemente sea más preocupante al ser dispositivos que miden variables vitales y en los que se va a confiar como si el mejor médico se tratase. Aquí va a tener que haber una buena «educación» en este sentido… como debería haberla en el caso de las aplicaciones de salud.

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    1. Creo qu ehay muchos terminales que se pueden adaptar a un dispositivo móvil (desde una báscula a una sonda de ecógrafo pasando por medidores de glucemia, tensión arterial….) la mayoría de ellos en fases muy avanzadas de adaptación y otros muchos ya comercializados. Posiblemente en este año despeguen los dispositivos adaptados a terminales y creo que nos llevaremos alguna sorpresa.

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