Tengo presencia en numerosas redes sociales pero posiblemente la que más me atrae sea Twitter. No sabría deciros el motivo, pero posiblemente su indefinición, su simple complejidad y su potencia difusora hecen que sienta esa atracción.
He de reconocer que tengo un punto de exhibicionismo y ese «gritar al mundo» que supone esta red social, esa posibilidad de lanzar un mensaje de largo alcance y fugacidad extrema en el tiempo pueden ser otros de los motivos or los que esta red me siga enamorando.
He leído en un estupendo artículo del blog de Enrique Dans titulado Twitter… ¿grande o pequeña? una serie de reflexiones que me han hecho pensar bastante.
- Defiende que Twitter no es una «red social» en el sentido que el vínculo de unión de las personas no es tanto el conocimiento mutuo, sino la calidad del contenido que difundo. Los seguidores no nos siguen por afinidades personales sino por la afinidad que se establece con el mensaje.
- El objetivo de esta red no ha de ser tanto la popularidad, sino la calidad de los mensajes.
De ahí el título del artículo y la reflexión. Twiter … ¿debe crecer cuantitativamente y hacerse más grande o cualitativamente y hacerse más pequeño?.
Twitter ha sido red social pionera en muchas cosas. Fue la primera red que identificó a sus cuentas con la grafía «@» y sus etiquetas con el hashs «#», elementos que se han universalizado en muchas otras redes. Pero aunque ha sido innovadora en estos aspectos hay elementos de negocio de la propia red que no han estado tan claros desde su origen. No se sabía (y posiblemente aún quedan muchas lagunas) cual es el objetivo último para el usuario.
Si en redes sociales cuyo objetivo es conectar personas desde un punto de vista informal (Facebook) o formal-laboral (LinkedIn) el objetivo es crear vínculos y establecer contactos, en Twitter no ha quedado claro o ha ido variando este objetivo. Así en esta red podemos:
- Difundir contenido. Posiblemente tendría sentido si tuviéramos un gran impacto, cosa que la mayoría de cuentas no logramos. Está siendo utilizado en este sentido por agencias de comunicación y prensa o por el ruido social que se puede crear en torno a programas de televisión o acontecimientos. La posibilidad de enriquecer los mensajes con vídeos e imágenes favorece este sentido.
- Conversar. Interesante siempre que la conversación sea abierta (nos podamos unir) e incluya a más de dos. Para coversar de dos en dos y de forma cerrada tenemos herrameintas muchos más ágiles y sencillas que Twitter. Los mensajes directos sin límites de caracteres hacen pensar que parte de la orientación de la funcionalidad de esta red se dirija a convertirla en una especie de sistema de mensajería.
Cuando las redes sociales crecen de manera desmesurada el contenido, por muy bien que se etiquete, la calidad se diluye y los contenidos de buena calidad se pierden y difuminan entre contenidos de escasa o nula calidad. Por esa razón:
- ¿Crecer para llegar a más personas con contenidos más difusos?.
- ¿Estabilizarse (o decrecer en número de usuarios) y ser más selectivo en los contenidos?.
La primera opción convertiría esta red en un potente altavoz para difundir mensajes a grandes colectivos y se perdería en parte la conversación. Siempre se puede responder, pero ¿responden todos los políticos o grandes empresas o instituciones a los que nos dirigimos a través de sus cuentas?, ¿están esas personas detras de las mismas o hay un profesional de la comunicación en la mayoría de los casos?.
En el segundo caso se convertiría en un club un poco más selecto. Posiblemente menos atractivo para la difusión en masa pero sí interesante para la difusión en gripos pequeños o en sectores de interés. Sería una herramienta muy interesante (y no es que ahora no lo sea) para difundir información sobre avances y congresos, organizando y etiquetando la información y siendo más específicos en el etiquetado de la misma. En este sentido hay dos artículos uno en el New York times de Farhad Manjoo y otro en The Guardian de John Naughton que defiende la idea que Twitter no es para todo el mundo ni para todo uso y que aumentaría su utilidad si consiguiese llegar a ser una herramienta de información mejor y más potente lo cual implica una mejoría cualitativa (etiquetado y gestión de la información) y no cuantitativa (crecimiento en el número de usuarios).
Desde hace años se han intentado crear nuevas etiquetas o signos que definan nuevas acciones, como por ejemplo si estamos presentes en un evento donde se genera la información (fuente primaria) o somos difusores intermedios de la misma sin estar presentes (fuente secundaria). Incluso hay un muy interesante arículo que da fórmulas para que Twitter llegue a ser 10 veces más grande, 100 veces más rentable y 1000 veces más increíble, escrito por Nova Spivac en enero de este año en el blog Venturabeat.
No creo que el objetivo sea ser 10 veces más grande (posiblemente sí para los accionistas), pero los usuarios nos conformamos con que sea 100 veces más rentable (como herramienta de difusión y de localización de información de calidad) y 1000 veces más increible y divertido.
Estaría bien estratificar de alguna forma tanto el contenido (por temas, relevancia y actualidad) y al emisor del mismo. Poder saber de antemano y clasificar de forma previa la información como información o conocimiento…. se nos ocurren miles de ideas para poder mejorar la calidad (que no la cantidad) de esta herramienta que ofrece muchas posibilidades y aún sigue en una indefinición.