La pena de estar de vacaciones (con ganas exclusivas de playa y sin ordenador) y querer participar en una iniciativa como la que nos propone el nuevo #carnavalsalud es que se suele llegar tarde y otras personas con más conocimientos y autoridad ya han dado su visión.
He leído a través del movil la mayoría de las aportaciones de otros y creo, que como muchos, comparto gran parte de los expresado en los diferentes blogs y redes sociales por vosotros. Como estoy de vacaciones y relajado no quiero ir a mis carpetas «de la nube» y localizar los artículos interesantes que hablan de este tema, no quiero tampoco hacer una reflexión tipo tesis. Por ello permitidme que escriba una entrada personal que lejos de buscar protagonismo, busca simplemente presentaros mi realidad digital.
Creo que el principal problema es dónde colocamos el límite entre lo personal y lo profesional y, como siempre, las redes sociales digitales son una expresión de las redes sociales reales.
Hay profesionales que trabajan con traje y corbata y otros que trabajamos en pantalones vaqueros y jersey, hay profesionales que trabajan con una gran distancia con su paciente/cliente y otros que intentamos irla disminuyendo y aumentando hasta encontrar esa distancia óptima que nos permita el diálogo y la comunicación fluida, y estoy seguro que todos podemos trabajar igual de bien.
En el mundo digital es similar y la pregunta que nos debemos realizar es ¿hasta dónde queremos descubrir de nosotros mismos?, ¿qué es lo público y lo privado?.
Posiblemente el límite sea diferente para cada uno de nosotros y voy a compartir varios ejemplos personales escritos en primera persona (de frente).
EJEMPLO 1:(redes sociales digitales). Actual y muy reciente. Compartiendo de Twitter imágenes de misvacaciones e impresiones personales y relajadas de mis vacaciones resulta que algunos de mis contactos residen en la zona de mi destino vacacional. Resultado: descubro magníficas calas en Cabo de Gata (gracias @mj_alonso y @beatsanc).
EJEMPLO 2: (redes sociales reales). Los límites entre lo profesional y lo personal no solamente están en el mundo digital. El mundo real nos coloca a veces en estos aprietos. Playa nudista a cientos de kilómetros de mi lugar de residencia y trabajo hace algunos años. Ocultos en el anonimato y, con la protección solar adecuada, mi pareja y yo nos abandonamos a un baño de sol y agua liberados de la exclavitud del bañador. En un corto paseo me cruzo con dos pacientes de la consulta y pocos metros más adelante con una compañera de trabajo. Con todos paramos a hablar. Mucho más sensación de desnudez y gran pudor con mi compañera que con los pacientes (nunca hemos hablado de este tema).
Dentro del mundo virtual no todas las redes sociales tienen el mismo planteamiento. Hay redes en las que es más importante el contacto personal que la información (Facebook) o todo lo contrario (Twitter) y redes en las que es mucho más intuitivo y personalizable el manejo de los destinatarios de cada uno de los mensajes que emitimos (Google+).
Creo que la conclusión es que cada uno de nosotros debemos ser coherentes con nosotros mismos en el manejo de nuestra presencia digital. Quien quiera salir de frente tiene herramientas para salir de frente, quien quiera salir de perfil… que salga de perfil.
De las dos maneras se puede salir bien.
Siguiendo con la primera persona os puedo decir que tengo y gestiono:
- Un perfil en LinkedIn: donde no hablo de política, de actualidad ni de ocio.
- Un perfil en FaceBook: donde intento tener los mismos amigos virtuales que reales, cerrado, casi oculto y que utilizo para ni ocio y relaciones personales.
- Cuatro cuentas de Twitter: una que refleja mi perfil/marca personal, otra que representa a la SoMaMFyC, otra abandonada para pacientes (creí que podía ser una buena idea tener dos cuentas profesionales…. serio error) y una anónima que conecto cuando mi superyo duerme.
Posiblemente vaya de perfil…. pero ha sido mi elección. Y tú ¿sales de frente o de perfil?
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...