Un sabor agridulce han dejado estas jornadas.
Por un lado el éxito de organización y de público asistente a las mismas me han hecho regresar a casa muy satisfecho. Personalmente ha sido un lujo participar en una mesa con unos compañeros generosos que quieren compartir su saber (Noelia Caballero, Raquel Gomez y Rafa Bravo); un lujo estar entre residentes, jóvenes médicos con gran entusiasmo (un saludo a José Andrés y a Clara Benedicto) y ganas de trabajar; y un lujo haber desvirtualizado a grandes personas de las que estoy seguro vamos a seguir hablando (un saludo ya desvirtualizado a Rafa Cofiño y a Salvador Casado). La enhorabuena a los Comités Organizador y Científico por tan gran evento.
Un momento de lujo en una mesa muy especial
Falto yo que estoy haciendo la foto…
Por otro lado la tristeza, la rabia, la impotencia y el dolor. Me he formado en la antigua Área 9, he trabajado en varios Centros de Salud de Fuenlabrada y la noticia de la agresión a tres compañeras del Centro de Salud de «El Naranjo» (por cierto, nos hemos enterado mientras realizábamos la mesa 2.0 a través de Twitter) nos ha dejado a todos muy afectados.
Desde estas líneas un abrazo muy grande a ellas, a sus familiares, compañeros y amigos en estos momentos duros que aunque por ahora no tememos por sus vidas, sí nos hace plantearnos a todos nuestra situación de vulnerabilidad con los pacientes.
Esperemos que quien tiene el poder de tomar decisiones sea capaz de hacer algo.