Muchos de vosotros habréis pensado elegir un dominio con vuestro nombre – apellido en internet. Unos con idea de utilizarlo para hacerse su página web, otros con la simple idea de tenerlo y que no sea utilizado por otros. A veces la elección del dominio es toda una aventura.
Hace unas semanas decidí comprar un dominio con la estructura nombre-apellido. En mi caso quería adquirir joseavila.es o joseavila.com.
Cuando fui a comprarlos me di cuenta que ya estaban en uso y por lo tanto no podía adquirirlos. Me di cuenta que ya se han creado dominios con extensiones que van mucho más allá de las extensiones de país o los conocidos .com, .edu, .org y ya disponemos de dominios autonómicos desde hace tiempo como .cat o .eus e incluso otros dominios que me llmaron la atención como .gratis o .doctor.
Me lancé a comprar el dominio con mi nombre .doctor (se requiere acreditar la titulación de médico para que te lo concedan), pero el precio excedía con mucho a mis intenciones de inversión.
¿Por qué es importante tener un registro de nuestro dominio personal?. El anonimato ya es imposible. Todos tenemos rastro en la red, ya sea el que dejamos nosotros mismos o el que dejan los demás de nosotros.
No solamente las etiquetas o las imágenes que pueden dejar de nosotros en redes sociales, sino cualquier actividad ciudadana tiene un rastro en Internet. Una multa, aprobar unas oposiciones, estar en una base de datos de un colegio profesional o el uso de nuestros datos públicos como profesionales sanitarios (nobre y número de colegiado) por terceros es una realidad. En el mundo sanitario este hecho es mayor debido a que actualmente casi todas las publicaciones científicas tienen versión digital por lo que aunque no queramos estar… estamos.
Desde esta perspectiva es coherente tener un actitud vigilante en Internet. Ver lo que otros dicen de nosotros o de qué forma estamos presentes puede ser importante para la imagen profesional que tengamos en la red… y nuestros pacientes nos buscan en Google.
Aunque no participemos activamente en redes, puede ser una buena inversión comprar nuestro dominio personal. Cuesta poco dinero y sobre todo estaremos seguros que no es usado para otros menesteres.
Hay avispados que registran un dominio simplemente por la posibilidad de negociar luego con él.
En mi caso tuve la opción de intentar dravila.com (también estaba cogido por el Dr. Ávila, ortodoncista con clínicas en tres estados de EE.UU) por lo que tuve que comprar dravila.es (a partir de ahora me podéis visitar en este dominio) en el que iré publicando poco a poco.
La aventura no es solamente el no tener el dominio, sino intentar localizar alguno que no esté aún registrado y sea acorde a nuestra presentación en la red.
Si no habéis elegido aún un regalo… podéis pedírleo a los magos o a noel.