Sobre evidencias en BrainTraining


La gamificación (o ludificación) parece que lleva unos meses alcanzando grandes críticas: aburrimiento progresivo, delegación de actividades más rutinarias generando incluso negocios fuera de la red, falta de resultados… Hagamos un repaso de la situación actual.

juegoEn general nos gusta «descubrir» nuevas tendencias, elevarlas a los lugares más altos durante unos meses y dejarlas caer sin freno hasta que se desploman en los abismos más profundos del olvido… No seamos tan crueles.

En pocas semanas me he encontrado con dos artículos sobre aplicación de los juegos a actividades no lúdicas, lo que se ha dado en llamar gamificación. Uno de ellos no habla de un nuevo concepto: la «borificación» (otro nuevo neologismo, muy acertado que deriva del inglés «bored»-aburrido-) y que según José Antonio Gallego, autor del artículo «La gamificación ha muerto. Larga vida a la borificación» en el blog Genbeta , nos propone esta situación:

«… aunque este juego multijugador  (World of Warcraft) es uno de los más apasionantes de la historia, para conseguir oro y otros materiales necesarios para avanzar en el mismo hay que dedicar muchas horas a tareas tan objetivamente aburridas que ha surgido un mercado secundario donde los jugadores con mayor poder adquisitivo pagan (con dinero real) a otros jugadores en paises subdesarrollados por realizar dichas tareas por ellos. Es decir, el videojuego al que recurrimos para divertirnos es a ratos tan aburrido que preferimos pagar para a otros que jueguen por nosotros. La “borificación” en estado puro.«

Es decir, las actividades repetitivas de un juego (posiblemente las más importantes a la hora de utilizar este juego con una orientación no lúdica) son las que desencadenan aburrimiento y si tenemos la oportunidad y la posibilidad tendemos a «externalizarlas».

Estupendo inicio ya que una de las actividades que defiendo en la gamificación es su aplicación a la enseñanza y aprendizaje. Revisando en PubMed los ensayos clínicos realizados sobre «serious games» en los últimos 5 años hemos hallado 31 ensayos clínicos de los cuales la mayoría han sido dirigidos a un aspecto asistencial del juego.

Si en nuestra búsqueda añadimos el aspecto de formación médica o enfermera solamente hemos descubierto 3 ensayos clínicos en los últimos 5 años.

De forma paralela hemos descubierto un metaanalisis publicado en la revista PLOS Medicine titulado «Computerized Cognitive Training in Cognitively Healthy Older Adults: A Systematic Review and Meta-Analysis of Effect Modifiers» donde la efectividad de los videojuegos de entrenamiento mental ha quedado muy en entredicho ya que apenas han descubierto mejora en las capacidades cognitivas en los pacientes participantes en los ensayos clinicos que han servido de base a este metaanálisis.

El metaanálisis se ha realizado a partiur de 51 ensayos clínicos con diferentes criterios de diseño y escasos participantes en cada uno de ellos (en tan solo 7 ensayos hay más de 100 participantes), el número de sesiones de entrenamiento ha sido menor de 50 con una duración máxima de 60 minutos.

Hacen falta más ensayos clínicos independientes de la industria (en este caso de la industria del videojuego) posiblemente con muestras más grandes y a más largo plazo… Esta limitación es constante en casi todos los metaanálisis que estamos leyendo sobre aplicación de tecnología a la salud.

Por eso os (nos) animamos a investigar. Que un metaanálisis (en el caso del «braintraining») no sea capaz de demostrar beneficio, no quiere decir que sean perjudiciales, ni siquiera que no sean útiles, posiblemente necesitemos más estudios para intentar demostrar su utilidad. Estudios con buen diseño metodológico, con una muestra suficientemente dimensionada para intentar demostrar nuestra hipótesis, con recogida de datos durante un tiempo significativos y con la mayor independencia posible….

¿A qué esperamos?, ¿a qué estamos esperando para ponernos manos a la obra?. Hasta que no demostremos que ciertas intervenciones son realmente eficaces, no podemos decir que estamos aplicando intervenciones basadas en la ciencia… seguiremos actuando basándonos en la esperanza o en el convencimiento de la utilidad (y eso no es científico).

Conozco varios ensayos clínicos diseñados para demostrar efectividad de aplicaciones para móviles, plataformas docentes basadas en juegos… muchos de ellos nevegando entre convocatorias de becas públicas para poder realizarse… sin perder la esperanza