Cada vez más profesionales utilizamos las aplicaciones de nuestros teléfonos inteligentes como herramientas de consulta o de cálculo en nuestra acividad diaria en todos los niveles asistenciales.
Cada vez más ciudadanos utilizan aplicaciones para consultar temas en salud, aplicaciones herramientas de gestión de su salud o aplicaciones para obtener información o datos de su propio organismo.
Cada vez nos demandan más información sobre aplicaciones, nos ofrecen compartir información sanitaria a través de apps o nos piden que les aconsejemos sobre su uso.
No podemos estar en contra de la evolución natural de la tecnología basada en Inetrnet y por muy a favor o en contra que nos posicionemos ante estas herramientas la realziadad es que están ahí, en nuestra vida cotidiana y todos las utilizamos.
Hace unos dos o tres años hablar de apps era hablar de futuro… hoy en día es hablar de un presente cotidiano y posiblemente de un pasado si tenemos en cuenta a la evolución que van a dar las aplicaciones por causa de los wearables… ya que dentro de poco tendremos aplicaciones inteligentes que desencadenen sistemas de alarma o aviso a terceros o comunicación entre sistemas (de forma transparente al usuario) ante eventos o acontecimientos que se produzcan en nuestro organismo.
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