Smartphones como herramientas diagnósticas


En los últimos 2 años hemos visto cómo utilizando una serie de propiedades tecnológicas de los smartphones, junto con un software adecuado y en algunas ocasiones algún añadido a nuestro teléfono, se podía convertir en herramienta diagnóstica.

Así con la cámara de fotos y una buena base de datos podemos acceder a reconocimiento e información sobre lesiones dermatológicas. Con el micróno y un pequeño amplificador podemos dispones de un estetoscopio que nos puede conectar con una base de datos de diferentes ruidos cardiacos y pulmonares. Con una tira reactiva y un medidor podemos convertir nuestro terminal en un glucómetro que memoriza los niveles de glucemia, hace gráficas e incluso puede ponermos en comunicación directa con nuestro médico.

La semana pasada una noticia en el blog Phone Arena nos informa que el grupo Lifelens ha desarrollado una aplicación para smartphone que permite el diagnóstico de la malaria.

A través de una pequeña gota de sangre peroférica capilar depositada en un lector y con una lente de unos 350 aumento conectada a nuestro terminal se puede sacar una imagen del frotis de sangre periférica de froma que se pueden ver formas parasitarias en caso de que existan y poder hacer un diagnóstico con una sensibilidad del 94% según una nota de presensa de los propios desarrolladores.

No he logrado encontrar estudio científico alguno que avale este resultado. El programa se completa con la posibilidad de localizar por GPS a la persona infectada.

Es muy podible que si el sistema se desarrolla de forma adecuada y existe una dotación suficiente de teléfonos en el África Subsahariana puedan ser útiles para su uso real.

Mientras tanto serán una investigación más de la Fundación LifeLens en la que invierte su dinero de Bill Gates para tener tranquilidad de conciencia de buen hombre blanco.