Aplicaciones médicas para el iPhone… ¿alguien las utiliza?


La maravilla de la 2.0 es que podemos emitir y recibir información a través de múltiples canales relacionados y en ciertos momentos temporales hasta convergentes. Hace una semana, o quizás algo más, dos entradas de esta bitácora estaban relacionadas con diversas aplicaciones relacionadas con aspectos médicos. La mayoría de ella pertenecen a tres grandes grupos de aplicaciones: calculadoras, traductores y libros.

Las calculadoras pueden ver su uso más limitado cuando tenemos acceso a la historia clínica del paciente ya que algunos de los cálculos más simples puede ser que ya estén en este programa. Por ejemplo en las consultas de atención primaria de la Comunidad de Madrid podemos tener acceso a calculadoras de índice de masa corporal o de riesgo cardiovascular. No hay acceso a conversores de dosis de opiaceos o corticoides y a veces personalemnte las he echado en falta.

Con los traductores pasa lo mismo. Hay traductores de frases simples que nos permiten intentar una mejor comunicación con el paciente que no hable nuestra lengua o traductores de términos médicos que en ocasiones nos pueden ayudar. Cada vez los médicos tenemos menos problemas con el inglés y somos capaces de leer literatura científica en este idioma, pero también es cierto que existe interesante bibliografía en otrras lenguas  y un traductos puede tener cabida en nuestra actividad formativa. También es cierto que cada vez son más potentes los traductores en Internet y, aún con sus fallos, podemos obtener una versión más o menos legible del artículo de nuestro interés.

Respecto a la posibilidad de descarga de libros, revistas y artículos para su lectura, hay que decir que unoo de los aspectos importantes es que la pequeña pantaña de los «smartphones» no es un soporte adecuado para una lectura relajada (da igual el idioma en el que esté escrita)…..

 

Los artículos previos sobre estas utilidades fueron «retwitteados» con la apostilla «…alguien las utiliza?». Tengo que decir que yo sí. No siempre ni demasiado. No creo que sean una solución, pero sí una herramienta que a veces puede ser útil. Hay aplicaciones buenas y malas, más o menos útiles (la utilidad va en función del tipo de uso que se le vaya a dar).

Espero que el «twitt» que se genera con esta entrada sea contestado y podamos saber la opinión de otros profesionales sobre este tema.